¿Prefieres crear muy buenos recuerdos de vida o vivir dentro de sueños perfectos?
La innovación es el motor de cambio que ha acelerado la revolución industrial en el mundo, conforme un sector de la industria avanza en su progreso va arrastrando a empresas y profesionales hacia nuevas estrategias, nuevos productos y servicios para mantenerse activamente en el juego.
El concepto se mantiene en boca de conferencistas y referentes como un elemento clave para proyectarse al futuro, muchas empresas lo mantienen en un discurso constante buscando justificar valores intangibles de tendencia, aunque en la práctica los resultados hablan por sí solos.
Con solo prestar atención a las conferencias y discursos que mencionan este tema se identifica a quienes realmente cuentan con experiencia en el tema, y no solo conocimiento, se vuelve visible quienes realmente viven dentro de una cultura de trabajo innovadora abrazando la misma como un estilo de vida.
De manera recurrente, lamentablemente, la innovación es simplificada y descrita como un botón que se puede activar/desactivar con solo tener las ganas de hacerlo, cuando una analogía a esta referencia sería decir que puedes completar un maratón 42K mañana con solo empezar a correr hoy.
Antes de que me prendan fuego, permítanme completar la analogía. Las personas que disfrutan del fascinante, y muy admirable, pasatiempo de participar en maratones (mencionando que tengo el honor de conocer a varios e incluso a nivel de haber logrado completar los 6 maratones Majors), inmediatamente pondrán sobre la mesa algunos ingredientes principales para que un novato pueda un día completar uno: “NO es un pasatiempo es un estilo de vida, debes prepararte, debes tener disciplina, debes tener constancia, debes tomarlo con seriedad, debes entrenar, debes rodearte de personas con tu mismo estilo de vida y disciplina, debes mentalizarte en todo esto, y en más cosas, antes de dar el primer paso hacia tu primera práctica, en palabras regias y resumidas: debes dejarte de tonterías o te lastimarás (en el ego y en lo físico)”.
El objetivo principal no es llegar a una meta, sino mantener activa tu constante preparación para llegar a muchas y diversas metas.
La innovación también requiere de preparación, investigación, conocer el mercado, los productos, las limitantes, las necesidades, entre muchas cosas más que se resumen en un estilo de vida con Disciplina. La innovación no puede ser delegada a un solo equipo de trabajo o departamento, requiere de la participación de todas las personas dentro de una empresa, especialistas en su especialidad, detallistas en sus detalles, visión 360, una actitud que se carga en todas las actividades del día, en todo momento.
Las empresas deben propiciar un ambiente de innovación para que las ideas de las personas puedan potenciarse, donde el status quo principal sea crear y mejorar, impulsando una cultura de lectura diaria en diversidad de temas técnicos y administrativos, analizar y entender las tendencias actuales, pero, principalmente, analizar las oportunidades de crear nuevas tendencias.
La innovación no es un objetivo o meta, es un vehículo de transporte hacia alguna meta establecida o en constante movimiento, cuyo resultado positivo validará que pueda etiquetarse como tal.
Cuando erróneamente la meta es Innovar, en realidad se está apuntando a obtener como resultado un Desarrollo producto de una Investigación, que puede ser una muy buena idea que puede no tener una aplicación factible. Hay un sinfín de Desarrollos teóricos en papel, guardados en cajones y/o prototipos almacenados, mientras que las Innovaciones son las que se encuentran en perfecto uso y dando beneficios a usuarios y creadores.
En la industria trabajamos para desarrollar soluciones a la medida de los clientes, en muchas ocasiones los retos que una oportunidad presenta otorgan dos posibilidades para enfrentarlos: encontrar un camino alrededor de los retos o desarrollar una solución aplicable que los resuelvan y/o simplifiquen. Cuando se opta por tomar la segunda posibilidad se le llama Innovación. Para innovar se requiere estar dentro de una cultura de trabajo que impulse la oportunidad de desarrollar conceptos fuera de la caja, analizar y cuantificar sus posibilidades, evitando a toda costa los factores detractores de mentes innovadoras.
No todos los clientes están dispuestos a pagar por una innovación, o desarrollarla, por diversas razones, siendo la principal no tener la confianza de poner en manos de un tercero algo fuera de su especialidad, tomando el camino seguro de continuar con lo que ya conocen. Existen mecanismos de trabajo que permiten el desarrollo de innovaciones trabajando en conjunto, pero ese es un tópico muy amplio para platicar en una siguiente ocasión.
Materializar nuevas ideas, que puedan ser aplicadas, requiere de preparación, tiempo y paciencia, perseguirlas es un estilo de vida que debe mantener un muy alto positivismo ante los ataques y críticas de terceros, tanto constructivas como de quienes prefieren enfocarse únicamente en optimizar las cosas que ya funcionan.
Un muy buen amigo repite constantemente una frase con la que invita a llevar las cosas al siguiente nivel en la vida: “Muere con recuerdos, no con sueños”. Lo mismo aplica con la innovación.