La plaforización está cambiando la forma en que los acabados metálicos abordan el negocio del pretratamiento. La plaforización es un proceso de una etapa, sin enjuague, inmersión o rociado, que opera a temperatura ambiente. Una pieza se trata durante un minuto, se rocía, se seca y queda lista para pintar. Es un proceso que utiliza muy poca o cero agua y no crea lodos. Con este proceso se eliminaría la utilización de miles y millones de litros de agua que se utilizan en los procesos de pretratamientos para sustratos a pintar.
La plaforización se desarrolló en los años 1970 en Italia. Ahora se utiliza en muchas empresas de todo el mundo. Es rentable, fácil de operar y totalmente ecológico. Tiene un fuerte poder desengrasante, no es toxico o nocivo, utiliza unas resinas especificas no orgánicas que hacen el papel de desengrasante y preparador de superficie. La plaforización es una marca registrada por la empresa italiana Chemtec.
La pieza después del tratamiento también se puede almacenar semanas antes de terminar porque no se oxida y sella en una sola etapa. Los fluidos utilizados en la plaforización eliminan los aceites gracias a su solubilidad. Las resinas no orgánicas crean un anclaje químico recubriendo la pieza sellando la superficie. La protección es contra la oxidación repentina durante semanas. La resina también absorbe aceites de proceso hasta cuatro veces más que el acero laminado en frío, atrapándolo químicamente y usándolo como plastificante para mejorar la flexibilidad y la adhesión de la capa final, de modo que no haya aceite residual que afecte el acabado final.
¿Cómo funciona la plaforización?
La plaforización es un sistema autónomo que utiliza su resina para pretratar el sustrato. Las impurezas atrapadas por los líquidos de la plaforización que tratan las piezas se eliminan continuamente mediante filtración y los aceites son capturados por la resina, por lo que nunca es necesario vaciar ni recargar el baño, sino simplemente rellenarlo según sea necesario. El proceso es tan estable que los análisis de laboratorio de los fluidos plaforizados solo deben realizarse cada dos meses en lugar de cada hora o diariamente. No se utiliza agua en el proceso y no se requiere enjuague posterior, por lo que no entran contaminantes en la corriente de agua y no se requieren búsquedas ni permisos de agua. se requieren en cuanto a los sólidos que entran en las piezas, en primer lugar, nada va al vertedero. El uso de electricidad es mínimo, el sistema utiliza menos y la baja presión de pulverización es de sólo tres a cinco PSI. El sistema utiliza disolventes en lugar de agua.
Los solventes logran varios objetivos ambientales y de proceso. Son muy eficientes en la absorción de aceites de proceso y las presiones de vapor son extremadamente bajas. El aire está controlado para que los vapores no escapen a la atmósfera.
No se emiten compuestos orgánicos volátiles COV a la atmósfera. Los disolventes también son respetuosos con el medio ambiente porque no contienen contaminantes atmosféricos peligrosos, carcinógenos, mutágenos, compuestos generados por halos, clorofluorocarbonos ni sustancias que agotan la capa de ozono. La plaforización ofrece una buena resistencia a la corrosión, mejor que el fosfato de hierro sobre acero, durante más de 2000 horas con una capa superior de poliéster TGIC sobre aluminio.
¿Cómo es un sistema NO Plaforizado?
La cantidad de agua utilizada en un proceso de pretratamiento para recubrimiento en polvo es de millones de litros o galones y puede variar significativamente dependiendo de varios factores, incluido el tamaño de la operación, el tipo de sistema de pretratamiento utilizado y los requisitos específicos del proceso de recubrimiento. Generalmente, el uso de agua se puede dividir en diferentes etapas del proceso de pretratamiento, que normalmente incluye limpieza, enjuague y posiblemente tratamientos adicionales dependiendo del material del sustrato para la conversión de la superficie.
Conclusión
La plaforización es realmente rentable porque es sencillo, tiene instalaciones más pequeñas y elimina muchos de los costes de los sistemas convencionales como el gas natural, el tratamiento de aguas residuales y gran parte del coste eléctrico y laboral. Y lo más importante es la protección del medio ambiente no utilizando agua en el proceso, dejando este líquido vital para consumo. Sin embargo, es importante asesorarse antes de adquirir este modo de pretratamiento.
Fuente:
Ingeniero Iván Maldonado de ChemTec Latino América