La sucesión en las empresas familiares es considerada una etapa decisiva para el futuro de estas. Según datos del INEGI en México, el 85 por ciento de las empresas son familiares. Sin embargo, se estima que solo el 30 por ciento de ellas sobreviven a la transición de la primera a la segunda generación, y de la segunda a la tercera generación solo el 12 por ciento.
Existen diferentes factores de por qué estas empresas desaparecen, siendo la competencia del mercado una de ellas, sin embargo, los procesos de sucesión entre las generaciones siguen siendo el mayor reto que enfrentan las empresas familiares.
“Enfrentarse a la transición sin una planificación adecuada es como navegar por mares desconocidos sin brújula, lleva a los conflictos familiares, pérdida de identidad corporativa y la disminución en la eficiencia operativa”. señaló Gerardo Macías, socio de la firma de reclutamiento directivo, DHR Global.
Muchas empresas no prestan la debida atención a sus procesos de liderazgo y sucesión. Las prácticas de sucesión defectuosas provocan una rotación excesiva entre los altos ejecutivos y, al final, una importante destrucción de valor para las empresas.
Como cualquier organización, los negocios familiares se enfrentan a conflictos de poder y control. La próxima generación anhela asumir el control mientras que la generación fundadora se enfrenta a la difícil tarea de ceder el poder. Este choque de ambiciones y expectativas puede llevar a un estancamiento costoso tanto con la armonía familiar como con el futuro de la empresa en peligro.
Macías comenta que es importante que las empresas cuenten con un profesional que actúe como guía para la planeación e implementación de la sucesión. “Uno de los principales desafíos es equilibrar las dinámicas familiares con las necesidades operativas y estratégicas del negocio. Es importante trabajar con expertos en el tema, que en conjunto con las empresas, puedan escoger a los sucesores que, no solo tengan las habilidades necesarias, sino que también se integren bien con la cultura y los valores familiares.”
A medida que la conciencia sobre la importancia de una planificación efectiva de la sucesión se intensifica, las empresas familiares han empezado a trazar su camino hacia la continuidad y la prosperidad. Diseñar un propósito común basado en valores compartidos, la participación de cada miembro de la familia, la definición cuidadosa de roles y responsabilidades y la exploración meticulosa de las opciones de transición son componentes clave para construir planes de sucesión eficaces.
“Las empresas familiares a las que hemos ayudado a implementar una planificación de sucesión adecuada han demostrado ser más resilientes y han experimentado un crecimiento sostenible a lo largo del tiempo, lo que refuerza la importancia de este proceso.” comenta Macías.
La comunicación transparente es paso vital para una transición fluida, informar a la dirección y compartir el plan con todas las partes interesadas, desde miembros de la familia hasta empleados, consejo de administración y accionistas es fundamental. A través de esta transparencia, las empresas familiares aseguran que su legado perdure y se convierta en una inspiración para las siguientes generaciones.