Poner la macarena y soltarte bailando con tu pequeña hija, salir de la regadera, mirarte al espejo y gritar: “¡Soy rica!”, aunque no lo seas; agitar el cabello al ritmo de “Turn down for what”, dejar que tu hijo pinte un dinosaurio en su clase de español y sonreírle por ser creativo en lugar de reprenderlo… Todas éstas son acciones simples que te harán feliz en pandemia y terminando esta; sólo trabajando en tus emociones energizantes.
He aprendido que son las cosas mas simples las que llenan el corazón de enamoramiento. Escuchar como crujen las páginas de la novela que leo, tocar las hojas que brotaron del chayote que sembré e imaginarlo trepando el viejo pino; salir a la cochera, sentarme en mi silla naranja y escuchar el murmullo de la fuente de mi vecino; todas estas son cosas que no podía hacer antes y ahora saboreo en pequeños momentos del día; breves, pero que generan destellos dorados en mi vida.
La flor petunia en estos meses comienza a ponerse fea y huesuda, se le caen las hojas y flores hasta parecer un arbusto de alambres, pero si la podas hasta dejar solo tres o cuatro centímetros de tallo cortándola hasta casi matarla, es cuando brota de nuevo, frondosa, maravillosa y llena de flores. La pandemia vino a encerrarnos a todos y a ayudarnos a tocar un “fondo” diferente para cada uno. Nos ayudó a sufrir, a desprendernos y a mirar dentro de nosotros. Como las petunias, nosotros fuimos podados hasta el “hueso” para que las emociones energizantes puedan brotar de nuevo; y la forma de hacerlo, es ayudando a nuestro cerebro a producir neurotransmisores de la felicidad.
Existen varios neurotransmisores que nos hacen sentir felices, pero son cuatro los principales: la endorfina, oxitocina, dopamina y serotonina. Cada una se puede desarrollar conscientemente y los resultados de tenerla en nuestro cerebro son maravillosos. Las endorfinas se desarrollan haciendo ejercicio y también sonriendo, ¡así es!, con tan sólo reír tu cuerpo envía una señal al cerebro para que produzca endorfinas calmantes. Ver una serie de comedia, jugar con tus hijos, platicar de cosas alegres con un amigo por teléfono, jugar, bailar, divertirte o ver a tu mascota jugar; si te saca una sonrisa, es suficiente!. La endorfina es un neurotransmisor que le dice a nuestro cerebro “nada te duele” y cumple una función similar a la de la anestesia. Así que, pon tu serie de comedia favorita y, ¡a reír!.
La oxitocina es el neurotransmisor del amor. Cada vez que das un abrazo, conversas con alguien que amas, compartes, das con alegría y haces una caricia a un ser querido, se dispara la oxitocina en tu cerebro. La naturaleza ha sido muy sabia al llenar de oxitocina a las madres que acaban de dar a luz, no sólo para enamorarse perdidamente de su bebé, sino para atenderlo adecuadamente durante sus demandantes periodos de alimentación nocturna. Y si estás cansado de convivir demasiado con la misma gente en esta pandemia, quizás sea buena idea hacer el esfuerzo y darles un poco de cariño, abrazarlos y darles detalles de afecto; ya que dar sin esperar recibir, aumentan significativamente tu nivel de felicidad a través del amor, ¡100% recomendado!. Por otro lado, si uno quiere recibir, primero hay que dar o terminaremos como el hombre de la fábula que le gritaba al horno: “¡Cuando me des calor, te daré leña!”. El pobre hombre murió congelado.
La dopamina es el neurotransmisor del logro. Cada vez que cumples algo en tu agenda, vamos de shopping, ganamos un juego o partido, tenemos un éxito profesional o, incluso, terminamos una serie de TV, nuestro cerebro libera dopamina. Sin embargo, la dopamina es un neurotransmisor peligroso y no hay que abusar de él, pues se puede llegar a ser adicto. Los videojuegos te mantienen anclado a ellos por medio de la dopamina, haciendo que cuando juegues y ganes, recibas tu shot de dopamina y quieras eso cada vez más. Para desarrollar nuestros niveles de dopamina de manera sana recomiendo terminar lo que una vez hayas empezado, así de fácil. Elige un libro que te atrape y proponte leerlo hasta el final, la sensación de logro al terminarlo perdurará por varios días. Genera una lista de pendientes y anota lo que vayas cumpliendo, cada palomita generará dopamina. Y no olvides que cada noche puedes anotar al menos tres logros de tu día, las cosas que hiciste bien, las veces que tuviste que probar tu voluntad para hacer o no hacer algo, etc.; esto te ayuda a que duermas con la satisfacción de haber hecho bien al menos tres cosas. Y sí, aún ese día tenías planeado lograr veinte cosas y solo pudiste hacer tres, ¡celebra esos logros y duérmete contenta!; porque aunque haya sido poco, no has dejado de avanzar.
La serotonina es el neurotransmisor de la serenidad. Te sientes en paz y en control de la situación cuando la serotonina corre por tus venas. En las manadas, los machos y hembras alfa son los que tienen los niveles más altos de este neurotransmisor, por eso son los líderes los valientes, los ecuánimes y los que toman riesgos calculados. Para aumentar tus niveles de serotonina puedes hacer ejercicios de respiración y así, aumentar la relajación; ejercitarse regularmente, confiar en que tu Ser Superior te ayudará y proveerá lo necesario para estar bien. Disminuir la ingesta de carbohidratos simples como la harina blanca o azúcar, aumentar el consumo de legumbres, pescado azul y alga espirulina, ayudan a promover bienestar. Dormir las horas necesarias y llenarse de luz, es decir, exponernos a la luz solar aunque sea abriendo las cortinas de tu casa. Todas estas cosas ayudan a tu cuerpo a producir serotonina, tanto en cerebro como en intestinos, de tal forma que eres menos propenso a la depresión y haces crecer al alfa que hay en ti.
Finalmente, hay un elemento que nos ayuda a desarrollar todos los neurotransmisores de la felicidad: la gratitud. Por medio de dar gracias a un Ser Superior, al mundo, a la vida, a los demás y a nosotros mismos logramos sentirnos alegres, capaces, enamorados y serenos. Por lo que te recomiendo ampliamente no dejar pasar ningún día sin anotar al menos una cosa de la que te sientas agradecido. ¡Aplica estas cosas en tu vida y verás que los resultados en tu nivel de bienestar emocional serán sorprendentes! ¡Aumenta tus neurotransmisores de la felicidad y energízate!