Vivimos en un mundo que está en un avance constante, que es volátil, que evoluciona día a día y por supuesto que pasan sucesos que cambian definitivamente las cosas a como las conocíamos…
Seguramente has escuchado mucho la palabra “la nueva normalidad”, la cual hace referencia a los comportamientos o acciones que estaremos viviendo en una temporalidad pero, ¿te has puesto a pensar que siempre estamos cambiando de “normalidad”?. Por naturaleza los seres humanos somos adaptativos y evolutivos, nos acostumbramos a las cosas, a las acciones, a las personas, a las rutinas, para en un determinado momento vivirlo ya de forma normal.
Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto fluir en tiempos de cambios?
Nos hemos concentrado en creer que las cosas son para siempre, que la vida que llevamos siempre será igual, que tendremos lo mismo, que estarán con nosotros mucho tiempo nuestros seres queridos o bien que trabajaremos toda la vida en lo que hacemos.
¿Qué pasaría si a partir de hoy somos conscientes de que no tenemos ni un mínimo control por los cambios y circunstancias de nuestra vida?
Y al contrario poder denotar y maximizar lo que si tenemos en nuestras manos: Las acciones que hacemos de forma intencional y deliberada.
Las circunstancias sólo determinan el 10%de nuestro bienestar, mientras que el 90% depende totalmente de nosotros (Lyubomirsky, S. 2007)
Ante este panorama solo nos queda una cosa que hacer ante los cambios y esa cosa es el fluir. Hay muchas formas en las cuales podemos estar de acuerdo con todas las nuevas normalidad, desde vivir con más atención plena, ceder ante las circunstancias fuera de nuestro control, estar conscientes de que las cosas y momentos son efímeros, pero sobretodo saber que esas cosas, momentos o situaciones, simplemente pasarán.
Los cambios es lo normal. Ponte a pensar… ¿qué sería de tu vida si siempre fuera igual? ¿si nunca hubiera cosas que cambiaran?
Llegó el momento de vivir nuestra “nueva normalidad” una vez más.