Recientemente hemos escuchado que solo un porcentaje pequeño de las empresas que inician su camino de Industria 4.0 o de Transformación Digital, lo hacen éxito. Hay muchas estadísticas y marcos de referencia para evaluar si hay éxito o no. Pueden variar en función del color del consultor que se los diga, pero en general, el mensaje es que una vez que se emprende el viaje, muchos fallan en su estrategia, principalmente, por tema de entendimiento y expectativas.
En este artículo compartiré mi opinión sobre una de las muchas fallas que se cometen al momento de iniciar el viaje. Tiene que ver con las expectativas generadas. Yo le llamo “La trampa del headline”. Se refiere a la elección de los primeros casos de uso a desarrollar, y su relación con la madurez digital del negocio como punto de partida.
Primero entendamos que cualquier negocio se puede ubicar en una escala de madurez digital a partir que incorpora o gestiona con cualquier herramienta digital, desde Excel de Microsoft, hasta un ERP en nube y otras tecnologías. La escala de madurez digital es una herramienta que ayuda a determinar el estado de la compañía en cuanto a su transformación digital. Y entendamos que “ser digital” significa ser una empresa que aprende continuamente habilitado de herramientas digitales y que es ágil para toma de decisiones basadas en datos y tecnologías. La utilidad de conocer la madurez digital de un negocio sirve para dos cosas: 1) Reconocer deficiencias y brechas hacia un estado futuro o deseado, y 2) Manejo de expectativas con los stakeholders.
Dentro de todo el mundo de marcos de referencia, existe una escala muy sencilla, que, entendiendo bien, se pueden construir mejor ruta. Es la escala de escenarios de Industria 4.0 de Acatech, adaptada a español en la siguiente imagen:
La trampa del headline es cuando se busca implementar un proyecto o caso de uso, muy alejado de la situación actual conforme la escala. Como ejemplo rápido, pensemos que una empresa busca emprender viaje de transformación digital, porque el director general asistió a una conferencia, donde lo convencieron (o asustaron) de iniciar. A su regreso de la conferencia, el director general lee un artículo con un caso de éxito sobre el uso de modelos predictivos para disminuir defectos en la línea de producción. En seguida reúne a su equipo y pide hacer lo propio. ¿Suena genial no? Si. Demuestra gran interés y compromiso de su parte. Pero hay que entender que hacer una predicción es un nivel 5 en esta escala.
La empresa tiene que ser honesta y hacerse algunas preguntas para evidenciar la situación actual. ¿Ya tenemos en formato digital los datos del proceso?, ¿Gestionamos entradas y salidas de producción en digital? – esto haciendo alusión a la etapa 1. ¿Tenemos acceso a ver la información en tiempo real?, ¿Se generan datos que guardamos de manera estructurada en algún sitio?, ¿Alguien toma decisiones con esta información de manera cotidiana? – etapa 2 y 3. ¿Tenemos un entendimiento claro de las causas de fallas? – Etapa 4. Si las respuestas a las preguntas son positivas, podríamos pensar entonces en hacer una predicción, con otros requerimientos para ese momento.
No confundamos. Se puede hacer una predicción de etapa 4 en cualquier momento. Pero tiene dos grandes riesgos (por eso es una trampa). Primero, estará creando expectativas que le serán más difícil de alcanzar y por tanto disminuir el entusiasmo y credibilidad. Segundo, condiciona el crecimiento de su digitalización por no crecer con infraestructura, recursos y equipos, es decir, se queda en el famoso pilot purgatory.
Para concluir, la trampa del headline es muy frecuente en negocios que van empezando su viaje. Entre las comparativas que he hecho entre empresas de la región, la respuesta es siempre la misma, y tiene que ver con iniciar con cosas menos visibles, con equipos propios y que eventualmente habiliten el crecimiento sostenible de transformación digital. Recorrer el camino por etapas, si tiene mucho sentido.
Fuentes. https://en.acatech.de/publication/industrie-4-0-maturity-index-update-2020/
Autores. Günther Schuh, Reiner Anderl, Roman Dumitrescu, Antonio Krüger, Michael ten Hompel