La resiliencia es la capacidad de actuar de manera inteligente en situaciones que ponen a prueba las adversidades que día a día nos permiten aprender a gestionar los riesgos que nos ponen a prueba, superar dichas situaciones requiere de una gran fuerza de voluntad que implica un gran esfuerzo personal para ser capaces de levantarnos. Stefan Vanistendael lo define como “la apertura hacia un nuevo crecimiento, una nueva etapa de la vida en la cual la cicatriz de la herida no desaparece, pero si se integra a esta nueva vida en otro nivel de profundidad”.
En los negocios no es diferente, la capacidad de organización y anticipación va adherida en el proceso de adaptación de las adversidades que inevitablemente se irán presentando, las dificultades son una parte inherente y si somos fuertes, seremos capaces de sacarle provecho a esta habilidad que varía en cada persona.
Primeramente, para poder dar el primer paso con el pie derecho debe existir un proceso de planeación, los riesgos representan el presente de nuestros pensamientos, pero si sabemos tomarlos como una lección ya sea vivida o estudiada, seremos menos vulnerables frente a las amenazas futuras, y una vez que conocemos las posibles consecuencias de nuestras acciones será más sencillo lidiar con ellas (incluso con las no previstas).
El liderazgo es fundamental a la hora de accionar, dentro de cada empresa es importante tener una cultura organizacional donde todos los involucrados se sientan valorados y como parte de una organización que los enseña a ser resilientes, la adaptación a los cambios es un must que deben aprender a sobrellevar. Es fácil acostumbrarnos a lo mismo, a lo que ya conocemos, pero nunca afecta el buscar mejores soluciones o al menos intentarlo, así ya sabemos porque camino debemos seguir. La comunicación es básica, sin ese pequeño detalle sólo nos quedamos en ideas erróneas que al final damos por hecho que es el deber ser, y no siempre es así, todos los niveles de la organización deben estar enterados de las tomas de decisiones que afectan directa o indirectamente sus puestos de trabajo.
Un elemento crucial que no podemos pasar desapercibido es la tecnología, estamos rodeados de innovaciones tecnológicas que tienen la función de hacer más fácil nuestra existencia, siempre y cuando sepamos usarlas, y lo hagamos de la manera adecuada. La automatización minimizará los errores que lleguemos a cometer, y lo más importante, será eficaz en todos los procesos, ayudándonos así a precisamente ser resilientes en nuestro día a día, hay que ver el lado positivo de todo esto.
La optimización de los recursos financieros es esencial para arrancar y tomar decisiones en cuanto a los recursos que la empresa requiere para poder llevar sus operaciones a cabo, invertir en tecnologías que faciliten el trabajo y agilicen la entrega de los productos; sin embargo, hay que adaptarse a las necesidades de la empresa, de lo que se puede ofrecer y el mercado al que se dirigen.
Ahora, no todo es trabajar y ya, es importante tener buenas relaciones con nuestros colaboradores, así como los clientes y proveedores, todo está conectado, y si logramos mantener relaciones estables con todos será más fácil lidiar con la resolución de problemas. Por último, y no menos importante, para ser capaces de innovar debemos ser flexibles, el mundo está rodeado de cambios y las estrategias de negocios con el tiempo van cambiando por otras que traen mejores resultados, hay que tener una mentalidad de apertura a los cambios, no siempre puede ser lo mismo.
La resiliencia puede ser algo duro para algunos, por el simple hecho de que implica un cambio y no todos están dispuestos a hacerlo, ya sea por la comodidad de no batallar con algo nuevo porque así nos funciona bien, pero más allá de que funcione o no, es el hecho de ser capaces de aprender de las innovaciones que la tecnología nos ofrece y más importante aún, ser capaces de adaptarnos a las circunstancias que la vida nos va presentando.
La competitividad entre las empresas se vuelve evidente al estar todos en el mismo canal lo que conlleva a una sostenibilidad a largo plazo acompañado de una reputación que se viene trabajando desde dentro de la organización, logrando superar los desafíos que se presentan en un medio donde todo puede cambiar de un momento a otro.