A lo largo de mi desarrollo profesional he podido ser testigo de múltiples eventos que han generado “crisis” en corporaciones tanto nacionales como extranjeras. El común denominador de éstas “crisis” ha sido el no contar con una cultura de prevención, autoevaluación y gestión de riesgos.
Ya hemos comentado en publicaciones anteriores la definición de cultura, y aunque no quiero ser repetitivo, considero que el tema de cultura es uno de los pilares sobre los cuales debemos tratar este artículo.
Sabemos que el término cultura incluye conceptos como conocimiento, creencias, ley, moral, costumbres, hábitos y habilidades adquiridas por el hombre no sólo a través del núcleo familiar sino también al ser parte de la sociedad.
En las instituciones, estos conceptos deben ser puntualmente analizados a efecto de establecer las bases sobre las cuales se definirán e implementarán acciones concretas para asegurar una cultura de prevención, autoevaluación y gestión de riesgos.
Entendamos que prevenir, significa tomar precauciones o medidas por adelantado para evitar un daño, un riesgo o peligro y autoevaluación, como la valoración de los propios conocimientos, aptitudes, etc.
Podemos decir entonces que tener una cultura de prevención y autoevaluación de riesgo implica tener conocimiento de nuestro entorno y tomar precauciones para el establecimiento de acciones preventivas que permitan la valoración de potenciales riesgos producidos por futuros eventos que pueden ocasionar crisis, quebrantos y/o sanciones en las Instituciones.
Dichas acciones deben estar sustentadas por un claro entendimiento, documentación y difusión de los riesgos inherentes a cada tipo de Institución, sus controles mitigantes y riesgos residuales haciendo uso de guías o matrices que a manera de ejemplo incluya los siguientes riesgos:
- Estratégico y Franquicia
- Legal y Cumplimiento
- Recursos Humanos y Organizacional
- Crédito
- Información Financiera
- Seguros
- Mercado
- Operaciones Transfronterizas
- Operacional
- Sistemas y Tecnología
Dado que las Instituciones están en constante evolución y por ende sus riesgos, resulta fundamental asegurar la calidad de controles, acciones, medios de monitoreo, y apego a la normatividad de forma permanente.
Sin lugar a dudas, el asegurar que existe una cultura de prevención de riesgos y procesos que permitan la autoevaluación y gestión de los mismos, puede hacer la diferencia respecto al crecimiento sostenido de las Instituciones.
Hay diversas firmas de consultoría que cuentan con especialistas en gestión de riesgos e implementación de controles y que de forma independiente pueden evaluar y recomendar modelos que aseguren mejoras en el ambiente de control de las instituciones de forma proactiva.