En esta etapa de la historia de la humanidad se desarrolla un momento emocionante en la industria con base en apoyos tecnológicos y avances en la gestión de proyectos. Debido al rápido crecimiento de la industria, habrá un estimado de 41 millones de puestos de trabajo de gestión de proyectos para 2020 (World Economic Forum, 2017).
En México, particularmente en Nuevo León, a mediados de 2017 el secretario de Economía y Trabajo, Fernando Turner Dávila, inició la carrera por desarrollar la iniciativa Nuevo León 4.0, en la cual estado se inserta en la Cuarta Revolución Industrial, con un proyecto muy sólido de Manufactura 4.0, tal y como lo proponen economías como Alemania, China y Estados Unidos (El Economista, Mayo 31, 2017). La iniciativa se basa en el modelo de triple hélice, es decir, que la industria, academia y gobierno trabajarán en colaboración con funciones específicas. Estos avances en gestión, vienen con la necesidad de que los equipos de proyecto permanezcan por delante de la curva tecnológica.
En un aspecto más práctico, la Cuarta Revolución Industrial engloba los últimos avances en tecnología y tendencias con base en modelo económico y social, donde el lugar de trabajo e incluso el cuerpo humano se integren cada vez más a aspectos ciber-físicos de interacción dinámica y a distancia. A continuación se describen cuatro aspectos sobresalientes de la Industria 4.0 que los gerentes de proyectos deben considerar, para iniciar con sus propuestas de mejora a la brevedad.
- Internet de las cosas (IOT). IOT es el uso de software y redes para conectar “cosas” a través de Internet. Esto incluye artículos del hogar, dispositivos móviles y muchos otros elementos electrónicos que cada vez se integran con mayor facilitad a diversos aparatos. A medida que las organizaciones comiencen a monetizar esta tendencia, será necesario evaluar su impacto en futuros productos. Como señala Mary Shacklett de TechRepublic (2017), esta tecnología es relativamente infantil. Los proyectos IOT necesitarán plazos más largos para el soporte de producción y un modelo de iteración de rápido aprendizaje que permita su fácil aplicación. El aumento de la conectividad hará maravillas para compartir datos entre los equipos del proyecto y con las partes interesadas que conformen las nuevas cadenas de valor inteligentes (Smart Chains). Dicho esto, se necesitará algún trabajo para integrarlo a las operaciones diarias sin problemas.
- Big Data. Constellation Research (28 ene. 2017) estima que para 2020, “el 60 por ciento de los datos que las organizaciones consideran críticos para la misión vivirán fuera de los cuatro muros de la empresa [.]” Estos datos provienen del público en general a través de la navegación web, el comercio electrónico y las redes sociales. Todavía necesita refinar en recursos accionables para los equipos de proyecto. Aquí es donde entra en juego el análisis y la analítica predictiva. La gestión de datos basada en la nube podría predecir algún día el resultado de un proyecto mediante el uso de variantes predeterminadas. Los grandes datos podrían aportar un nuevo nivel de precisión y automatización a la gestión de riesgos del proyecto. En este sentido, el concepto tradicional que tenemos de modelos de pronóstico descriptivos, evolucionará a modelos predictivos, prescriptivos y preventivos.
- Automatización. No hace falta decir que todos los proyectos vienen con una cantidad alta de actividades y que en muchas empresas el proceso de automatización está en curso desde hace años, resultado de la Tercera Revolución Industrial (70’s), simplemente aún no les catalogaba en esta nueva vertiente de Industria 4.0, donde la única diferencia es el nivel de sensores y conectividad del proceso tradicional de automatización. En este sentido el enfoque de los proyectos, debe identificar mejoras en tareas repetitivas cuya automación, contribuya a aumentar la moral del equipo y permita a los gerentes de operaciones concentrarse más en impulsar proyectos de innovación que generen valor agregado al negocio.
- Machine-Learning: El aprendizaje de las propias máquinas, ha demostrado ser una de las tecnologías estratégicas para el análisis amplio y completo de los datos. Sin embargo, su incorporación moderna no es tan simple, ya que implica el uso de algoritmos que permiten a las máquinas imitar la inteligencia humana. Pero a final de cuentas, es posible predecir, con la información correcta, los resultados del proyecto con una precisión casi total. El principio fundamental del aprendizaje automático es que los dispositivos se hacen más inteligentes con el tiempo. Esto podría convertirse en ideal para impulsar la mejora de la gestión de la calidad del proyecto. El aprendizaje automático significa que los asistentes digitales no estarán integrados en la experiencia de gestión de proyectos. Las posibilidades provienen de la alimentación de estos modelos cosas como la PMBOK® Guide y datos históricos del proyecto.
Finalmente hay que destacar tres cosas en el ámbito de la administración de proyectos para la Industria 4.0:
- Sigue siendo algo teórica. IoT, BigData, la Automatización y Machine-Learning existen y están en uso; es su potencial y aplicación la que está en cuestión. Su éxito depende de proyectos bien implementados.
- No se trata de reemplazar a los gerentes de proyectos. Se trata de identificar qué tareas pueden delegarse a las máquinas y dejar al elemento humano para canalizar su experiencia y percepción de manera más productiva. En última instancia, Industria 4.0 trata de mejorar la forma de hacer proyectos, ¡haciéndolos!
- Por ahora, la mejor manera de hacer proyectos efectivos y más inteligentes es con la capacitación acreditada, como la que brinda el PMI Capitulo Nuevo Léon. Quizá en un futuro se pueda alimentar y transformar el PMBOK® Guide en un asistente digital que gestione los proyectos; pero por lo pronto, es mejor aprenderlo uno mismo y desarrollar competencias certificadas como el Project Management Professional (PMP – PMI) que nos ayuden a afrontar el reto de la industria 4.0.
Es importante remarcar que el cambio depende enteramente de nosotros, de nuestra actitud y nuestras ganas de procurar dejar un legado sustentable para las siguientes generaciones. No es necesario que usemos el mismo discurso sobre el futuro de México o del mundo, pongámonos en términos más prácticos y personales, donde lo que buscamos es crear prosperidad para nuestros hijos y mantenernos competitivos en este sistema globalizado cada vez más dinámico.