“Tu prioridad número uno está con los empleados”. Esta frase, tan llena de verdad, es parte del discurso de Richard Branson. Es por todos bien sabido que una de las 3 claves para que un negocio tenga éxito son las personas. (Personas, Procesos, Producto). Debería ser obvio que, si cuidas a tus colaboradores, entonces tus clientes -y tu balance final- también se verán recompensados.
Pero no siempre ocurre así. ¿Por qué?
Alguna vez leí, “Las personas NO son recursos, son agentes de cambio”; y me pareció una frase súper interesante, cierta y a la vez retadora. El impulsar a los colaboradores a alcanzar su mayor potencial, sin duda alguna tendrá un impacto positivo en el balance final de la empresa, pero lo más importante de todo es la parte emocional que eso conlleva. El sentirse y entenderse importante para conseguir metas y triunfos es una emoción que resulta tan placentera y enaltecedora que se vuelve rápidamente una necesidad, algo que quieres experimentar una y otra vez.
Toda comunicación, ya sea la comunicación interna de una empresa, o la venta masiva de un producto, se basa en el mismo principio: Saber escuchar. Escuchar es el primer y más importante factor que debe cumplirse para que realmente exista una buena comunicación.
Usual y lamentablemente, las personas oímos (no escuchamos) para contestar, no para entender. Ahí radica una gran parte de los problemas de comunicación, y en la actualidad existen tantos mensajes, de tantos emisores, a través de tantos canales, que las personas por salud mental tendemos a ignorar aquellos que no tienen las características necesarias para “conectar” con nosotros, aquellos que no logran ser “relevantes”, ya sea en el fondo o en la forma.
Al interior de las empresas ocurre exactamente lo mismo. La compañía o bien alguna marca desea comunicar lo que para ellos resulta importante, alguna meta interna que, después de tanto esfuerzo se logró alcanzar; o bien, exponer una nueva metodología o proceso que, de aplicarse correctamente, beneficiará de forma importante a la empresa pensando que ese mensaje será recibido con el mismo entusiasmo, entendimiento y energía con el que fue emitido, pero comúnmente no ocurre así.
No nos estamos “comunicando”.
“Pero esto es importante para la empresa, les debería ser relevante porque, de aplicarse correctamente, les beneficia a ellos”. En comunicación interna, no existen “ellos” y “nosotros”. ¡Todos estamos juntos en esto!
Si a continuación estás esperando encontrar una receta secreta de cómo lograr una comunicación interna infalible para tu empresa, te tengo malas noticias, no existe. Esto es un proceso, se escribe, se borra y se perfecciona o reinventa todos los días dependiendo de las necesidades, pero te puedo compartir algunos pensamientos que es importante tener en cuenta.
Si el receptor está expuesto a muchos mensajes, de muchos emisores, a través de uno o muchos canales, es lógico que tienda a ignorarlos. Tenemos que ser inteligentes y anticiparnos a todas las variables:
– Escuchar genuinamente los problemas y necesidades del receptor para que el mensaje resulte relevante.
– El héroe de nuestro storytelling interno no es la empresa, ni las acciones que se implementan, son los colaboradores. Lo que hace grande e importante a una empresa, son sus colaboradores.
– La forma muchas veces termina siendo más importante que el fondo mismo. Hoy en día NO existe un pretexto para ser aburrido, ya que nuestro mensaje compite contra miles allá afuera, por lo que el ser inspiradores, entretenidos, bellos a la vista o genuinamente útiles para nuestros colaboradores, resulta indispensable para conectar poderosamente con ellos. (Esos son los 4 factores que potencializan la “viralidad” de un contenido en internet y que aplican exactamente de la misma manera para un mensaje interno).
– Se ha comprobado que los formatos de video son 3 veces más eficientes y mejor recibidos que cualquier otro formato.
– Actualmente debemos ser muy ágiles. La velocidad de acción resulta vital si queremos estar vigentes. Todo cambia y se mueve muy rápido por lo que, para llamar la atención de los colaboradores, debemos de sorprenderlos constantemente.
– Prueba y Perfecciona. La única forma de cerciorarse de la efectividad de los mensajes es someterlos a una prueba. Conforme generamos mensajes debemos someterlos a pruebas de “conexión”. ¿Cuál fue mejor recibido? ¿Qué características tenía? Quitemos esto… Cambiemos aquello…
Personalmente pienso que la frase “prueba y error” ha sido desplazada por “Prueba y Medición”. Los factores que funcionan hoy habrá que repetirlos mañana y evitar aquellos que no. El cambio es la única constante.
– Menos es más. ¿Realmente son necesarios tantos mensajes de tantas áreas distintas? Elegir es renunciar. Y si hay que hacer varios, hagamos que todos sean dignos de ser compartidos o comentados.
– Crear una verdadera relación y cercanía con nuestros colaboradores:
TODOS estamos juntos en esto. TODOS somos parte importante del éxito de la empresa, el sentido de pertenencia resulta indispensable para conseguir resultados positivos. Hoy las personas no reaccionamos sólo por satisfacer necesidades (como puede ser el tener un empleo o adquirir un producto), hoy buscamos experiencias, queremos sentir que pertenecemos, que somos parte de algo grande e importante. Que somos especiales.
Y si todos en una empresa se sienten así de especiales, de motivados, es algo que se contagia y los resultados llegarán por añadidura, los clientes lo notarán y lo mejor para cualquier empresa o negocio es que tus clientes se conviertan en tu mejor vendedor.