Hoy recordamos los trágicos eventos que vivimos en México el 19 de septiembre de 1985 y 2017 en donde lamentablemente tuvimos destrucción y desolación. También fuimos testigos de la unidad, conciencia y trabajo en equipo para ayudar a las personas afectadas y una vez más salir adelante ante estos trágicos eventos.
Según un estudio realizado en el Instituto de Geofísica de la UNAM sobre los Sismos ocurridos en México durante el Siglo XX, cada año se registran más de 100 sismos con magnitudes mayores o iguales a 4.5° Richter, ocurren 5 sismos de magnitud mayor o igual a 6.5° cada 4 años y se espera un sismo con magnitud mayor o igual a 7.5° cada 10 años.
El presente artículo no pretende entrar al detalle de aquellos eventos que lamentablemente han afectado al país, sin embargo, es importante conocer la historia para saber lo que puede ocurrir en el futuro y que situaciones pueden poner en riesgo la continuidad de servicios y operaciones en nuestras empresas.
Desastres naturales, fallas en la infraestructura, interrupción del negocio por razones laborales (huelgas), robo cuantioso, interrupción de la cadena productiva, etc. son sólo algunos ejemplos de situaciones que sin lugar a dudas pueden afectar la continuidad de servicios de las empresas, generándoles potenciales daños económicos y reputacionales entre otros.
Por medio de planes y guías de acción, los empleados de las empresas pueden dar continuidad a las principales operaciones de la empresa. Estas acciones forman parte de un Plan de Continuidad del Negocio, en donde se definen los recursos y acciones específicas requeridas para reducir el potencial impacto de interrupción del negocio, así como actividades que aseguren su restauración en el menor tiempo y en orden.
El Plan de Continuidad de Negocio tiene tres objetivos básicos:
- Prevención para minimizar la probabilidad de interrupción del negocio mediante la integración de medidas preventivas dentro de las operaciones normales.
- Contención del daño durante el evento.
- Recuperación de las operaciones normales del negocio.
El Plan de Continuidad de Negocio deberá contener suficiente información para asegurar la recuperación del negocio ante un evento en las instalaciones de la empresa y/o puntos de venta que albergan las operaciones y que sea considerado inoperante por un período extenso de tiempo, así como actividades concretas en centros alternos que permitan el acceso a sistemas de procesamiento, telecomunicaciones, etc. utilizados en el ambiente de producción en el momento en que queden deshabilitados por un período de tiempo determinado con el fin de minimizar el impacto al negocio.
Todas las áreas del negocio deben revisar al menos cada trimestre sus correspondientes planes de contingencia. En base anual, todos los participantes y coordinadores responsables del plan, deben trabajar en la elaboración/revisión del documento de análisis de impacto del negocio (BIA), el resultado que arroje dicha evaluación será la base fundamental para la actualización del Plan de Contingencia/Continuidad, el cual debe ser revisado de acuerdo a la última versión de la política emitida por la empresa.
Los Planes de Continuidad del Negocio deben ser conocidos en detalle por TODOS los empleados de la empresa ya que describe los recursos y procesos de contingencia a seguir por los participantes.
Afortunadamente, hoy día existen firmas de consultoría expertas en el diseño y aseguramiento de implementación de Planes de Continuidad de Negocio que colaboran activamente a fomentar una CULTURA de Prevención Integral de Riesgos.