Uno de los principales problemas de las empresas con poca o nula competitividad es la ausencia de innovación y creatividad en su gente. Emporios como la conocida ENRON, se han venido a pique por aplicar una filosofía de trabajo que “nulifica” la aportación de ideas y desvaloriza la “contribución individual”.
Robert S. Kaplan, creador del sistema de medición Balanced Score Card, afirma que los “activos intangibles” afectan directamente el desempeño financiero de la empresa. La era industrial de finales del siglo XIX y XX, valoraba a las empresas solamente por sus activos tangibles (financiero). La economía del siglo XXI reconoce que las empresas generan valor a través de sus activos intangibles, el conocimiento, la innovación… sus recursos humanos.
Es el conocimiento, emanado de los recursos humanos, uno de los activos intangibles que hoy en día tiene mayor peso en la creación de valor de una empresa.
La creatividad genera ideas y la innovación las ejecuta
Se requiere de un proceso creativo para ser innovadores, es decir, un proceso de generación y contribución de ideas. La innovación, además, genera nuevo conocimiento que contribuye a agregar más valor a la empresa. Si se desea limitar el crecimiento de una empresa, solamente se requiere impedir y desvalorizar la contribución individual.
Es responsabilidad de la alta gerencia y los individuos que ejercen liderazgo, motivar a cada integrante mediante el ejemplo, para que desarrolle su pleno potencial como portador y generador de ideas. El liderazgo debe mostrar respeto a la contribución de cada miembro del equipo con el fin de mejorar el proceso creativo que conduzca a la innovación.
Al respetar la contribución y el trabajo que hace cada persona, se reafirma en los integrantes la confianza de cuestionar, indagar, debatir, analizar y trabajar en equipo bajo un mismo objetivo y alineados a una misma visión.
Por tanto, para lograr resultados que agreguen valor al equipo y a la empresa, es necesario que los líderes motiven la generación y confrontación de ideas mediante el respeto y valorización de la contribución individual. Es importante establecer la cultura del debate y análisis interdisciplinario y desarrollar equipos autosostenibles guiados por un pensamiento sistémico.
Sin ideas no hay innovación, sin innovación no surge nuevo conocimiento, sin conocimiento no hay generación de valor que contribuya a incrementar el “activo intangible” de la empresa.
La fuerza reside en las diferencias no en la similitudes
Stephen Covey