El término de compañía extraterritorial o más conocido por sus siglas en inglés como empresas “Offshore”, se refiere a cualquier tipo de activo que sea trasladado a una jurisdicción distinta a la de residencia de su propietario, ya sea que esa ubicación esté basada en tierra o agua.
Actualmente, es legal en la mayoría de países del mundo, que una empresa pueda mudarse al extranjero con el fin de bajar el porcentaje de impuestos que debe tributar, y al mismo tiempo disfrutar de pocas regulaciones en su nuevo centro de operaciones. Sin embargo, las instituciones gubernamentales y financieras extraterritoriales también pueden utilizarse con fines ilícitos, como es el lavado de dinero y la evasión fiscal. Por tal motivo muchos gobiernos rechazan esta práctica, por lo que bautizan a esos lugares como “Paraísos fiscales”. Tal es el caso de territorios como Panamá, Islas Caimán, Palaos, Seychelles, entre otros, que fueron incluidos en la lista negra de la Unión Europea (UE) por sus múltiples controversias y por ser considerados jurisdicciones no cooperativas en asuntos fiscales.
Sin embargo, existe un fenómeno que por décadas ha contribuido a que existan más territorios que permiten la creación de sociedades offshore. Y es que desde 1950, el mundo ha pasado de tener 60 países a más de 200 en la actualidad, lo que ha hecho que existan nuevos territorios que necesitan inversión extranjera. Estos territorios usan la baja presión fiscal y el uso de nuevas tecnologías como incentivo para atraer dinero extranjero. Por lo cual los grandes países han tenido que firmar acuerdos que permitieran intercambiar información con estos nuevos territorios y al mismo tiempo no castigar o penalizar a sus ciudadanos por invertir en estos.
A continuación, les mostraremos ejemplos de pequeños países que están comenzando a ser más atractivos para varios empresarios, debido a su baja presión fiscal y su facilidad de crear empresas.
Estonia, uno de los países que está permitiendo abrir empresas digitalmente
Estonia es un perfecto ejemplo de lo anterior mencionado, el país no es solamente conocido por ser el más digitalizado del mundo, sino también por otorgarles a los extranjeros una “residencia tecnológica” con múltiples beneficios tecnológicos como abrir una empresa desde la distancia. La “e-residency” cuenta con más de 66,000 personas de más de 150 países y tiene un costo de alrededor de 100 euros al año. Permite a los residentes electrónicos contratar una cuenta bancaria, registrar y crear empresas, firmar documentos electrónicos en Estonia.
Sin embargo, no permite votar, vivir en el país y no elimina la necesidad de sacar la visa para las personas que no vivan en los países de la Unión Europea. Según la revista Forbes, el principal y más destacado objetivo del gobierno, es atraer talento que aporte al crecimiento y desarrollo de la región. Además, la fiscalidad es uno de sus principales atractivos, ya que, si la empresa reinvierte los beneficios obtenidos, no paga el Impuesto de Sociedades, y en caso de que decida repartir los dividendos, abona un máximo del 20%.
Mauricio, el próximo Singapur Africano
La isla de Mauricio, es otro país que se ha convertido en un centro offshore reconocido internacionalmente en donde muchos bancos y compañías financieras han establecido su sede aprovechando el auge inversor. Se encuentra ubicado en el sureste de África, cobra apenas el 3% por el impuesto de sociedades y el 15% por los ingresos que provienen del extranjero. Además, las empresas que operan allí tienen la facilidad de hacerlo también en otros países como China, India, Luxemburgo o Tailandia.
Andorra, una de las principales jurisdicciones para crear una Offshore
Andorra ya no figura en la lista de paraísos fiscales y ofrece numerosas ventajas estratégicas, tanto a nivel geográfico como a nivel fiscal. Por ello, muchos empresarios europeos y españoles escogen a este país como destino para desarrollar su empresa y aprovecharse de las múltiples ventajas competitivas.
Algunos de los beneficios que trae a los empresarios extranjeros, son el no pago de impuestos directos a las sociedades offshore y la inexistencia de tributos de renta si no se reside en el país, por lo que permite ganar ingresos libres y sin restricciones. Por otra parte, el impuesto de renta a los residentes se empieza a partir de un salario de 40.000 euros anuales y su tope máximo de tributación no sobrepasa el 10% de los ingresos. Además, el impuesto de sociedades, su contribución máxima es de un 10% y puede reducirse a 2% dependiendo del caso, mientras que el impuesto sobre productos y servicios alcanza un 4,5%, siendo el más bajo del continente europeo.
Nuevos centros financieros
Con la llegada de algunos Brokers de forex y exchange de criptomonedas, estos territorios se han convertido en centros financieros, ya que, al tener regulaciones más laxas, permiten a estas entidades recibir nuevos clientes de zonas como África o Latinoamérica, haciendo que su lista de clientes aumente en cientos de miles, y también incentivando la llegada de bancos de inversión que ven una oportunidad de negocios como proveedores de liquidez.
Por otra parte, algunos de estos territorios han incentivado el uso de nuevas tecnologías financieras, como los smart contract y el lanzamiento de empresas por medio de ICOs (Initial Coin Offering), una modalidad muy parecida a la salida de acciones en la bolsa de valores, pero sin tener que cumplir con exigencias como auditorías rigurosas o tramitar permisos financieros, entre otros.
Cambio laboral
Los nuevos modelos de negocios como la creación de contenido digital para las redes sociales, tercerización por medio de plataformas que conectan a freelance con empresas en cualquier parte del mundo y trading financiero minorista, ha hecho que algunas personas se empiecen a preguntar si es justo que paguen impuestos en su país, ya que sus clientes y por tanto sus ingresos provienen de otras naciones.
A nivel mundial se viene presentando un aumento del gasto público para afrontar la crisis del coronavirus y sus secuelas, por lo cual los gobiernos tratan de incitar el cumplimiento de obligaciones fiscales para poder cumplir con las subvenciones y estímulos planteados. Un caso relacionado con esto se viene presentando en España, donde los creadores de contenido digital están comenzando a migrar a otros países, debido a que la presión fiscal puede alcanzar hasta el 55% o más de los ingresos generados por su trabajo, haciendo que en muchos casos sea inviable continuar trabajando ya que al ser independiente deben cubrir con gastos adicionales como aportes a salud o sistema de pensión.
A pesar de que la decisión tomada por estos “youtubers” no es ilegal, ya que estos piensan migrar a países con un tratado de intercambio de información financiera con España, como es el caso de Irlanda o Andorra, esta decisión los ha puesto en la mira de organizaciones nacionalistas y de izquierda, que ven esto como algo inmoral ya que no aportarían con su tributación a la recuperación económica del país.
Análisis a futuro
Como comentábamos antes, la crisis del coronavirus trajo una serie de cambios como el aumento del gasto público, y el giro político a la izquierda a nivel mundial. Situación que abre una nueva ventana de oportunidad para países que apenas llevan unas pocas décadas de creación, y que intentan crecer lo más rápido posible, atrayendo a personas y empresas que huyen de una alta carga impositiva, las excesivas regulaciones y burocracia que se avecina en zonas como Norteamérica, Latinoamérica y Europa.
Los expertos proyectan la llegada de grandes capitales al caribe, específicamente a Bahamas y Cayman islands debido a su enorme atractivo y poca regulación en mercados como forex, así como la llegada de más empresas que utilizan la tecnología blockchain para desarrollar nuevas soluciones financieras descentralizadas (DEFI).
Por otra parte, en África, países como Seychelles y Kenia, el mercado de valores comienza a posicionarse y cada día hay más brokers retail que buscan abrir oficinas de representación en estos países, mientras que Isla Mauricio y Botswana, no solo ven el mercado de valores y sus derivados como fuente de ingresos, también planean aprovechar a largo plazo la apertura de mercados para incentivar la producción industrial y el turismo.