El reconocimiento es una herramienta que debe estar integrada en el ámbito empresarial, en vista que está demostrado que significativamente mejora la autoestima, la asertividad, el rendimiento y el desempeño; contribuyendo a climas organizacionales positivos, mejoras en el trabajo en equipo y por ende, el funcionamiento de la empresa orientado a la calidad y productividad.
Hace unos días puse en una red social la siguiente frase “Estoy en un debate con un colega. ¿Qué pesa más hoy en día? Una felicitación personal del Director de Área por tu buen trabajo o un bono de 5 mil pesos en tu próxima nómina?”
Después de 8 días y más de 300 comentarios, para mi sorpresa lleva una ligera ventaja el tema del dinero. Habría que hacer un verdadero estudio de cómo están las generaciones respondiendo, una muy buena parte de las respuestas incluían el “¿Y porqué no las dos?” Lo cual es una pregunta muy válida pero las empresas pocas veces nos dan a escoger.
La palmada por así decirlo o ese reconocimiento que cuando es público es mejor, viene tomando cada vez más forma y más importancia en el mundo laboral, por lo menos así lo dicen los artículos y las experiencias que comparto con colegas.
Esa placa de 10 años de permanencia, esa invitación a comer por parte del Director al equipo, esa visita inesperada por parte del jefe a tu lugar para estrechar tu mano y felicitarte personalmente por tu buen desempeño en el cierre de ventas, todo eso suma. Es parte de una cultura de reconocimiento que al mismo tiempo es parte de lo que se le llama sueldo emocional.
Reconocimiento laboral = empleados contentos = clientes felices
Sueldo emocional es todo aquello que suma aparte del dinero para crear una permanencia y una satisfacción laboral. Desde el permiso para poder ir al festival de tu hija, hasta crear un día de vacaciones en tu cumpleaños. El tema de employer branding o employer experiencie hablan más de esto.
“Los líderes capacitan a sus empleados para que hagan correctamente su función, y los motivan y reconocen (…) Reconocen los logros de su equipo y los celebran en grande”, escribió Welch en su libro Triunfar.
Ahora no todo es un tema de reconocimiento y salidas, es un tema en el verdadero involucramiento en el desarrollo de los empleados, darles las herramientas necesarias, desarrollar sus competencias personales y técnicas, dar herramientas tecnológicas y un espacio para poder trabajar acorde a las necesidades del reto y de la empresa.
Ya cuando hablamos de las ventajas de un reconocimiento económico pues se puede ver algo más tangible, dígase unas vacaciones, una televisión, o alguna otra experiencia que quieras vivir, se involucra a la familia y le puedes sacar también un verdadero provecho a lo económico.
Premiar la labor de los empleados es un acto de reconocimiento no tiene que ser tan costoso para ser inolvidable. Existen diversas estrategias para reconocer el talento aplicadas por las empresas en la actualidad, cabe aclarar que no todas funcionan igual para todos y no todas las empresas los aplican tal cual pero de alguna manera son de gran utilidad para mejorar la autoestima:
- Incentivos monetarios. Premiar los esfuerzos de los trabajadores con un aumento de sueldo o en forma de bonos u otros incentivos monetarios puede ofrecer buenos resultados en forma de satisfacción de los empleados y elemento de motivación para seguir esforzándose. Ojo, no se debe utilizar este método en solitario, puesto que si no va a acompañado de otras acciones y gestos, acaba perdiendo eficacia y puede volverse incluso contraproducente.
- Reconocimientos verbales y gestos. Siempre que sean sinceros, los reconocimientos públicos en forma de comentarios y hasta la típica palmadita en la espalda suelen ser muy bien recibidos por los empleados, ya que elevan su autoestima, se sienten respetados por compañeros y superiores y tienen la seguridad de que sus esfuerzos no caen en saco roto, puesto que se transforman en visibles para los demás.
- Recompensar las buenas ideas. Escuchar, valorar y recompensar las buenas ideas, los proyectos de futuro que, aunque no sean una realidad hoy en día, pueden servir más adelante para hacer crecer la empresa, afianzarla en el mercado o hacerle ganar enteros frente a la competencia.
- Recompensar los fracasos productivos. A veces las cosas no salen como se esperaban, pero no por ello deben dejar de recompensarse. Los esfuerzos de los empleados, aunque sea en proyectos fallidos, deben también reconocerse, intentado que tenga una utilidad en el futuro.
- Facilitar la promoción. Un empleado que no ve posibilidades reales de promoción en la empresa nunca se sentirá verdaderamente reconocido. Por ello es muy importante valorar la antigüedad del empleado y su fidelidad de la empresa, favoreciendo los ascensos y la promoción dentro de la jerarquía de la organización, que no debe caer en el error de ser demasiado rígida.
De nuevo, habrá que hacer segmentaciones por edad y generación para ver qué realmente es el que empujaría a los empleados a dar ese esfuerzo extra o esa permanencia en la empresa y esa es la labora de RH en poder amarrar e identificar el verdadero valor de ambos sueldos, tanto emocional como lo económico.
En lo particular, ese boost de reconocimiento crea una mejor lealtad o permanencia en la empresa, el dinero siempre va a importar y siempre va a pesar en un reconocimiento, pero al final del día, en mi opinión, estás comprando la lealtad de tu empleado y no te la estas ganando.
El éxito de una organización depende en gran medida de la implementación de estrategias que le ofrezcan ventajas competitivas, y esto, implícitamente está relacionada con el personal que las ejecuta.