Hablar del término “cambio” nos pude llevar a imaginar un sinfín de pensamientos e ideas, cambio climático, cambio de dirección o cambio de gobierno pueden ser solo algunas de ellas. Sea cual sea la connotación que le demos, la palabra cambio denota la acción o transición de un estado inicial a otro diferente según se refiera a una persona, objeto a situación.
¿Cuántas veces hemos escuchado que la única constante es el cambio? Vivimos en un mundo donde todo cambia, un mundo que no es estático, que está en constante movimiento y que se manifiesta en todos los aspectos de nuestra vida y por supuesto, también en las empresas.
Los cambios en las empresas pueden darse por distintos motivos que van desde cambios en su imagen corporativa, cambios en productos y/o servicios, cambios en su estructura de gobierno, de personal, etc. Independientemente de la razón que provoque cambios, considero que no debemos perder de vista que el cambio es constante, dinámico y de alcance universal y por consecuencia es fundamental hacernos la siguiente pregunta de forma regular ¿estamos realmente preparados para hacerle frente al cambio?
La pregunta aplica a todos los escenarios de nuestra vida sin excepción. He podido ser testigo de cambios en la vida de personas y empresas que en muchos de los casos han sido inesperados. Los cambios inesperados o también llamados “sorpresas” en ocasiones pueden ser gratamente recibidos o no.
Los responsables de cumplir con los planes de negocio en empresas con fines de lucro buscan la maximización de utilidades para sus accionistas entre muchos otros objetivos. Para lograrlo, utilizan una variedad de herramientas que buscan medir eficiencias operativas y de control, así como la oportuna identificación de riesgos para implementar controles que les garanticen, en la medida de lo posible, el cumplimiento de las metas establecidas.
El contar con herramientas de monitoreo tales como indicadores de gestión de control y riesgo, pueden ayudar significativamente a tomar acciones oportunas ante los cambios o sorpresas que potencialmente pueden impactar negativamente los resultados esperados.
Por supuesto que los indicadores de gestión de control y riesgo deben ser correctamente diseñados y generados (preferentemente de forma automática) para su análisis y reporte según corresponda.
Las empresas han establecido estructuras de Gobierno Corporativo que les asegura la presentación, monitoreo y distribución de información a los distintos responsables de cumplir las metas y objetivos tanto particulares como generales.
El no contar con indicadores de gestión e información suficiente que permita conocer de manera integral la situación de las empresa, puede ocasionar grandes desafíos para cumplir con los objetivos y metas establecidas. ¿Qué tal si incorporamos otra frase comúnmente utilizada?
Todos los cambios son buenos. ¿De verdad todos los cambios son buenos? Veamos algunos ejemplos que por sí mismos nos darán la respuesta. Pensemos en eventos “sorpresa” que provocan cambios en la estabilidad de los Mercados Financieros. De un día a otro, hemos sido testigos de cambios en la política exterior y de comercio de distintos países en todo el mundo que han ocasionado inestabilidad en tipos de cambio entre divisas, precio del petróleo, tasas de interés, etc. Por supuesto que los ejemplos que hemos comentado pueden ser buenos para algunos y no tanto para otros, todo depende de cuánto estemos preparados para hacerle frente a dichos cambios.
No busco ser pesimista, todo lo contrario, seguramente algunos lectores pueden estar pensando que en los ejemplos que he mencionado hay oportunidades de obtener grandes beneficios o rendimientos ante épocas de cambio o alta volatilidad. (Entendamos por volatilidad el término que nos ayuda a medir la incertidumbre de un mercado o valor concreto cuando invertimos en bolsa. Desde el punto de vista del inversor, hablar de títulos volátiles suele significar que estos están sujetos a fluctuaciones “violentas”).
Dado que el cambio es constante, dinámico y universal y que impacta a todos los campos de nuestra vida, los invito a que se pregunten si realmente están preparados para hacerle frente y que herramientas tienen disponibles y cómo van a utilizarlas.