La gran disrupción que experimentamos en la actualidad afecta a todos los vórtices de nuestras sociedades, y en general, al mundo físico y digital que nos rodea. La creación de ventajas competitivas sostenibles hoy en día es más difícil y feroz que nunca. Por si fuera poco, la mayoría de las organizaciones e instituciones están diseñadas para resistirse al cambio, y esto va en contra de la naturaleza de esta disrupción que hemos venido experimentando y que se ha convertido en un motor de prosperidad y crecimiento sostenible en el largo plazo.
Si aprendemos y entendemos de estas disrupciones, entonces estaremos en una posición más favorable para generar ‘abundancia’ en el negocio y/o industria en la que nos encontremos. Y justo aquí, es donde la capacidad que tengamos como individuos u organizaciones para identificar estas disrupciones, analizarlas, entenderlas y llevarlas a la práctica, será la nueva fuente generadora de ventajas competitivas verdaderamente sostenibles.
El patrón de duplicación que nos mostró la Ley de Moore en la industria de la computación, se ha venido replicando una y otra vez en una gran cantidad de tecnologías. Además de que cada una de estas industrias se disrumpe así mismas, a la vez están convergiendo entre sí, lo que provoca nuevas disrupciones transversales y efectos nunca antes vistos. Este efecto, podemos verlo por ejemplo en la industria de la medicina, donde la resolución a la que conseguimos imágenes cerebrales se duplica todos los años. Sin embargo, lo que no hemos logrado entender es que el universo al igual que cualquier negocio o industria no funciona de forma lineal, sino de forma exponencial, sobre todo cuando llega la digitalización a ésta.
Es un hecho que estamos digitalizando rápidamente el mundo como lo conocemos. Estamos pasando de lo material a lo digital, de lo físico a lo virtual. Esta transición podemos entenderla a través de la evolución de la industria fotográfica. Cuando existían las cámaras con rollos, el modelo de la fotografía se basaba en la escasez, ya que el costo total de contar con una fotografía física era significativo (cámara, rollo, revelado e impresión). Si a esto le sumamos, los cursos de fotografía y otros aditamentos profesionales en algunos de los casos, el costo unitario era mayor. En este ejemplo, cuando la industria fotográfica se digitalizó hace años, tuvo una transición de un entorno físico a un entorno digital basado en la información.
Siguiendo con el ejemplo anterior, la transición de esta industria provocó que el costo marginal se desplomara a prácticamente cero, ya que ahora se pueden sacar cien fotografías o un millón, y este costo no varía, afectando directamente al modelo y al entorno de escasez anterior que predominaba y generaba rentabilidad económica para los negocios. Asimismo, de la gran cantidad de fotografías que tomamos, podemos elegir las mejores y con los filtros y herramientas ya integrados en los dispositivos móviles, tendremos una calidad muy cercana a lo profesional del primer modelo.
Esto provocó que los negocios basados en la escasez y que fueron los líderes de la industria, ahora ya no lo sean más, e incluso que la mayoría de ellos ya no genere ningún tipo de ingreso en este nuevo modelo digital basado en la información. Por ello podemos afirmar, que cuando una industria se digitaliza, los ingresos tradicionales se desploman rápidamente.
Un efecto muy interesante, es que un modelo digitalizado deja de lado el problema de la escasez y pone sobre la mesa un problema de selección y almacenamiento. En la actualidad con la fotografía digital, tenemos copias de nuestras fotos en varios dispositivos, pero no logramos encontrar lo que necesitamos o buscamos de forma óptima. Pasó de ser un problema de fuente a un problema de filtrado. Y así como esta transición revolucionó por completo el mundo de la fotografía, lo mismo está sucediendo en otras 20 industrias en este mismo momento, y por si fuera poco, estas industrias cambiantes también están convergiendo entre sí, generando aún más, posibilidades nunca antes exploradas. Los negocios que están floreciendo en este nuevo modelo digital, se dedican ahora a vender y gestionar la abundancia. Dejamos de ser dueños de algo físico y ahora somos dueños del filtrado y manejo de la abundancia.
Uno de los mayores inconvenientes para predecir el comportamiento futuro de las industrias bajo esta nueva disrupción, es que los expertos siguen utilizando proyecciones lineales para determinar los nuevos escenarios, sin embargo, no han logrado darse cuenta que el mundo y todo lo que nos rodea crece de forma exponencial. Cuando tenemos un crecimiento exponencial, debemos aprender a romper el paradigma lineal de nuestras cabezas y lograr una disrupción radical del status quo.
Estas disrupciones que convergen entre sí, están afectando a todas las instituciones, a la educación, al periodismo, a los sistemas monetarios, a los sistemas jurídicos, a la asistencia sanitaria, a la propiedad intelectual, y en general, todo se ve afectado. Los líderes actuales no pueden hacer frente a estas transiciones, ya que han sido formados sobre el estatus quo, las cosas van demasiado rápido y no logran estar al día. Por esta razón, una encomienda que tenemos es formar una nueva clase de líderes capaces de romper los status quo y construir negocios que aprovechen la abundancia y generen prosperidad.
En el tema particular de la educación, por ejemplo, si hoy nos encontramos cursando una maestría en cualquier tema, pero en específico en campos como la tecnología, la robótica avanzada, la biotecnología o las neurociencias, literalmente cuando terminemos y nos titulemos, estaremos ya desfasados, ya que el ritmo de crecimiento es más rápido que nuestra capacidad de enseñarlo a través de la educación.
Podemos lograr grandes cosas con una mentalidad distinta en esta era de la disrupción. La pregunta central se basa en cómo hacer para que la sociedad adopte esa forma de pensar, ya que la gente prefiere no buscar y aceptar el cambio, ya que, por naturaleza, estar en una zona segura y un espacio de confort, nos genera placer y tranquilidad. Las personas prefieren sentirse cómodas que emprender la aventura e intentar ser más felices con este nuevo esquema.
En conclusión, podemos decir que la tecnología tiene que ser vista como un progreso que puede mejorar el mundo de forma drástica. Es un hecho, que lo único que está impulsando el progreso en el mundo, es la tecnología y la digitalización. Debemos aprender a comprender de forma asertiva estos cambios, sus efectos directos y secundarios en el corto, mediano y largo plazo, pero, sobre todo, aprender a implementarlos de forma rápida y efectiva en las industrias, los negocios y en la sociedad en general para verdaderamente y ciertamente logremos crear ventajas competitivas sostenibles en nuestros negocios