Quizá hayas escuchado términos como la “Nueva Economía” o “Economía Digital” los cuales significan que nuestro mundo se está moviendo hacia una nueva forma de producción y consumo que emerge con la introducción de las tecnologías de información y el internet, y que afecta no sólo a los diferentes sectores de la economía sino también a la sociedad en general.
La pandemia mundial a causa del Covid-19 y esta tendencia forzaron lo que llamamos la “Aceleración Digital” que no es otra cosa que la rapidez en el proceso de adopción de tecnologías, en su mayor parte, digitales, en todos los sectores e industrias, obligando a todos a cambiar o transformar en una medida u otra nuestros hábitos de consumo y nuestros negocios. ¿Te has preguntado o has analizado, cuánto comprabas en línea antes de Marzo del 2020 y cuánto más has comprado en línea a partir de que pasó la pandemia?
Estos dos fenómenos combinados exigen de acciones estratégicas para que los sectores más afectados puedan sobrevivir y competir en un entorno lleno de incertidumbre y cada vez más cambiante. La desigualdad y la pobreza en países como México, y más específicamente en estados como Oaxaca, multiplican la dimensión del reto, centrándose en los sectores productivos tanto para las micros como para las pequeñas empresas.
Para afrontar estos retos es necesario un cambio en la manera de pensar y en la forma de actuar que hemos usado en las últimas décadas, y ese cambio debe considerar cuatro aspectos muy importantes:
- Colaboración. La colaboración es la acción de unir fuerzas para poder potenciar capacidades que de otra manera se diluyen en esfuerzos individuales. La colaboración es un proceso estructurado con otros actores relevantes de nuestra sociedad, que puede incluir a terceros que complementan nuestras capacidades, o a otras empresas/negocios que son similares al nuestro.
- Innovación Abierta. La innovación se entiende como el desarrollo de un producto o proceso (o combinación de ambos) que difiere significativamente de los productos y procesos previos, y que son puestos a disposición de los potenciales usuarios o implantados en las organizaciones. La innovación abierta es aquella que se lleva de manera colaborativa para poder acelerar y llegar más rápido a resultados sobresalientes. Es importante aclarar que la innovación no se lleva a cabo solamente sobre productos, se puede innovar en procesos o en modelos de negocio, es decir, en la forma en la que generamos riqueza o bienestar.
- Inclusión Tecnológica. Aunque es un gran reto dada la composición geográfica de nuestro estado, hacer llegar los medios mínimos de comunicación (internet, telefonía celular y datos) a la mayoría de la población es un factor fundamental para poder insertar a regiones física y digitalmente apartadas en esta nueva economía.
- Competitividad. No basta el talento, se requiere también de esfuerzo para accionar y ejecutar las cosas de manera eficiente. México ocupa el lugar número 69 en competitividad de un total de 132 países, estamos aún muy lejos de la media de los países más avanzados. A nivel estado la realidad es aún peor, ocupamos entre el lugar 30 y 31 de las 31 entidades federativas del país. La profunda revisión de nuestras capacidades y vocación regional/estatal nos puede ayudar a incrementar nuestra competitividad.
Si bien es cierto que somos un estado con muchas limitaciones, también lo es que tenemos fortalezas, las cuales deberíamos de aprovechar a través de la colaboración para impactar integralmente sectores como el turismo, la gastronomía, la agricultura, el comercio y las artesanías, por nombrar sólo algunos. Tenemos que buscar lo que nos hace diferentes para sacar provecho de ello y buscar formas creativas de insertarlas en la nueva economía.