Una empresa sin metas y objetivos es como un barco sin capitán, es importante saber qué es lo que se pretende lograr a corto, mediano y largo plazo; navegar sin rumbo es vivir en la incertidumbre de lo desconocido y al final no se llega a ningún lugar. Debemos ponerle pies y cabeza a cada propósito que se espera lograr porque navegar por aguas turbulentas es hacer nada, en resumidas, pierdes tu valioso tiempo.
La claridad de las acciones que deben llevarse a cabo es primordial para el arranque de una empresa exitosa, de lo contrario se está destinado al fracaso. Para poder planificar los objetivos que quieres se lleven a cabo, el trabajo en equipo es fundamental, el complemento de las distintas habilidades que cada uno posee puede crear resultados increíbles.
Existe una confusión entre estos dos términos, al final pretenden lo mismo pero el proceso que cada uno conlleva es diferente. Empecemos por definir qué es una meta y qué es un objetivo.
- Meta. Ideas y proyecciones a futuro que pueden cambiar con el tiempo, no se planean. No hay manera de medirlos, pero son la idea de lo que se espera lograr en algún determinado tiempo.
- Objetivo. Son tareas específicas que van de la mano de una guía, se planean con antelación. Debe haber una planificación detallada y para lograrlos debe cumplirse todo lo estipulado. El éxito o fracaso de estos se mide conforme a los avances que se tienen.
Hay tres tipos de metas:
- Metas a corto plazo. Son tomas de decisiones que no requieren de mucho tiempo, llámese semanas o meses, se delega a personas específicas y pueden ser concluidas de manera pronta. Eso sí, si afectan el día a día que la empresa tiene de manera directa, que sean cortas no demerita su importancia.
- Metas a mediano plazo. Estas metas planean cumplirse en un tiempo moderado, se reparten con el equipo de trabajo ya que requieren una inversión de tiempo y esfuerzo de los implicados. Cabe aclarar, cada empresa tiene sus tiempos estipulados para lograr los propósitos de estas.
- Metas a largo plazo. Son el fin último de lo que una organización necesita, son las aspiraciones finales que se espera lograr como resultado de su trabajo. Pueden tomar años, van de generación en generación.
Para lograr todo esto es indispensable cumplir con cuatro cosas básicas:
- Aspirar alto
- Definir prioridades
- Analizar capacidades
- Establecer un plan de trabajo
Se debe tener la certeza de lo alto que se pretende llegar a futuro para poder alcanzar las metas propuestas, llegar a este punto implicó el sueño de alguien que ya traía una idea en la cabeza y está pensando cómo llevarla a cabo. Las grandes empresas no se hicieron de un día para otro, todas pasaron por este proceso que no fue fácil, pero si necesario para llegar a donde están ahorita.
Valorar el tiempo destinado a los proyectos es muy importante, de eso depende la calidad y el éxito del camino trazado que nos llevará a la meta final. Debemos vislumbrar el futuro comercial que queremos para nuestro proyecto con el diseño de estrategias inteligentes que nos lleven a poder decir “lo logramos”.
Todas las metas son igual de importantes, ya que una te va llevando a la otra y con el tiempo se vuelve pan comido, el reto en la actualidad para mantener el éxito radica en el cómo innovamos y de la mano de quien lo estamos haciendo, los equipos de trabajo son los que al final nos dan el poder para llegar a la cima.