Mantenerse positivos ha sido una de las frases de apoyo más empleadas entre las personas en el último año. El ayudarse unos a otros es un instinto natural que tenemos los seres humanos, reside dentro de cada uno, la conciencia constantemente empuja, de diversas maneras y en diferentes momentos, a cada persona a lograr satisfacer esa necesidad de solidaridad y pertenencia resultado de ayudar a otros.
Al navegar en redes sociales y sitios web podemos encontrar personas, iniciativas, asociaciones, organizaciones y proyectos con fines altruistas, cada una con diferentes enfoques de acuerdo con sus causas, pero todas con un objetivo común: apoyar al prójimo. Ya sea el apoyo se entregue de manera emocional o material, el apoyo resultado de sus esfuerzos de concientización representan un paso más hacia un mundo mejor, una comunidad más integrada, una estrella más en el firmamento.
Muchas personas aplauden todas estas acciones, pero no todos participan de manera activa al preferir mantenerse como espectadores. Los esfuerzos de atracción hacia las causas y sus objetivos siempre son bien atendidas, incluso aplaudidas, pero, lamentablemente, en muchas de las ocasiones solamente son utilizadas como una bandera de pertenencia social, justificar un “yo también aquí ando”, especialmente cuando algunos temas se ponen de moda y se observa una inusual intensidad que dura lo mismo que la flama de un cerillo de madera. Una regla de oro: “No se trata de la intensidad, sino de la consistencia”.
Vamos a un nivel más arriba. Es fascinante observar cuando iniciativas se apoyan entre sí, que se atraen y contactan de manera nata, potenciando sus posibilidades de éxito utilizando sus respectivas especialidades, compartiendo con sus respectivos seguidores en una “venta cruzada” de apoyo, generando una sinergia que causa un impacto referente. Muy inspirador y dignos de reconocimientos. Grita un líder de iniciativa de inclusión: “te cambio el reconocimiento por una participación”.
Aunque las sinergias potencian las posibilidades de éxito de toda iniciativa, lamentablemente la demanda de apoyo siempre sobrepasa las posibilidades de satisfacerla, manteniendo un constante desbalance entre la oferta de soluciones y la creciente demanda. Desde el fondo nos grita un líder de iniciativa social: “Diles que se aceptan manos y recursos, informes aquí”.
Este desbalance produce un ciclo de emociones entre los entusiastas quienes orgullosamente cargan en sus hombros sus respectivas iniciativas, durante el ciclo se genera confusión, desgaste, en momentos arrepentimiento, impotencia al ser testigos de temas banales logrando un impacto estratosférico en redes mientras que sus iniciativas de apoyo social les cuesta mucho trabajo construir una comunidad de seguidores. La automotivación en los líderes de iniciativas juega un papel importante, sus valores, sus creencias, su tenacidad, su capacidad de cambiar de sintonía cuando es necesario hacer cosas diferentes, todo un conjunto de cualidades que se van forjando conforme se vive este proceso, y que permiten que su inspiración se mantenga en constante moldeo en aras de lograr el objetivo principal.
Una persona no puede ser motivada, puede ser inspirada, pero la motivación es algo que nace en el interior de cada uno. Las opiniones de terceros, especialistas, claro, siempre se hacen presente, que muchas veces llegan con la mejor de las intenciones, pero lo que se necesitan son manos que se involucren directamente. Hay momentos que hacen ver esas buenas opiniones con escrutinio escéptico, que evocan los pensamientos de Lee Iacocca cuando se refería a las personas que lo saben todo pero que no entienden nada. Otra regla de oro: “Una iniciativa social no se explica ni se entiende, se vive”.
Ante la adversidad y desmotivación, muchas iniciativas se desvanecen o mueren, mientras que otras encuentran su segundo aire (y el tercer aire, y el cuarto aire) manteniéndose en constante movimiento empujando por lograr sus objetivos a como de lugar, siendo reflejo de la pasión y tenacidad del equipo de trabajo detrás de cada gota de esfuerzo.
La activa participación de la comunidad en iniciativas sociales es relativamente limitada, pues la participación indirecta es la preferida dando un “like” o “me gusta” en las publicaciones de redes sociales, lo que se conoce como el “like” limpiador de conciencias, pues aprueban la buena acción, y se agradece bastante, pero desafortunadamente no apetecen de dar el paso que verdaderamente puede lograr esa diferencia en el mundo: PARTICIPAR DIRECTAMENTE. La sociedad dicta que con aprobar las buenas obras es más que suficiente. Un líder de iniciativa motivacional grita: “Hacer la diferencia en una iniciativa no es algo que se logra, se debe mantener un logro constante, no es algo finito”.
En Empresa Positiva® cumplimos un año de existir formalmente como iniciativa, la idea que inicialmente se conceptualizo como crear un canal de comunicación para transmitir mensajes y noticias positivas, ante la ola de noticias falsas y de desinformación en los inicios de la pandemia COVID-19, se fue transformando en un instrumento de apoyo y motivación para personas, empresas, iniciativas, asociaciones y organizaciones para impulsar la difusión de sus causas, llegando a convertirse en plataforma que promociona, patrocina e impulsa iniciativas a nivel nacional en México.
Trabajamos con empresas que han decidido participar en nuestro programa de apoyo a emprendedores, organizaciones y otras empresas, donando parte de su tiempo y conocimiento buscando impulsar la actividad comercial de los beneficiados, permitiéndoles continuar trabajando y manteniendo una solvencia de operación. Muchas experiencias vividas, muchas lecciones aprendidas y, especialmente, muchas nuevas amistades hechas con otros entusiastas con quienes compartimos una ideología: “la gran diferencia se va logrando con acciones pequeñas”.
El grupo de empresarios que conformamos el equipo de Empresa Positiva® nos sentimos muy agradecidos, y bendecidos, con la oportunidad que tenemos de servir a la comunidad mediante los granitos de arena que aportamos, nos mantenemos motivados e inspirados a continuar con esta labor junto a todos aquellos quienes colaboran y creen en esta iniciativa. De todas las enseñanzas que esta gran aventura nos ha dejado al momento, la que más nos ha marcado es una verdad incuestionable: “Ayudar a otros también es un pasatiempo”.