Hace unos días una muy buena amiga al escucharme hablar acerca de mi trabajo, proyectos y gustos personales, me hizo darme cuenta de la importancia que tiene el reconocer en otros todas aquellas aptitudes que nos caracterizan como individuos.
Asimismo, días antes, varias personas cercanas me hicieron valorar la importancia de comunicarle a otros el asombro que podemos llegar a sentir por ciertas cualidades positivas que los caracterizan, mismas que nos hacen sentir curiosidad, intriga, admiración e incluso inspiración. Estas mismas situaciones son las que lograron que me cuestionara lo siguiente: “¿Cómo puede el comunicar lo positivo ayudarnos en los negocios?”.
Conforme han pasado los años; en un mundo lleno de empresas emergentes y proyectos constantes que llegan y se van, me doy cuenta de que he tenido la gran fortuna de vivir muchas experiencias laborales, de trabajar con muchos tipos de personas, de identificar ciertas características que me gustan y otras que no van conmigo, pero, sobre todo, de reconocer las cualidades a las cuales yo aspiro. Conductas, habilidades o formas de ser que veo y me hacen pensar y cuestionarme en cómo podría yo aprender y ponerlas en práctica bajo mi propio estilo. Y, además, si esto generaría un impacto positivo en mi negocio.
Y pensar en esto no significa que quiera dejar de ser yo misma, imitar o copiarme de alguien, sino de detectar aquello que suma en los demás para yo aprender y convertirme en una mejor versión de mí. ¿No les ha pasado que van a una conferencia y el orador, u oradora, tiene una forma cautivadora de hablar? O, por qué no, ¿alguna vez se han sorprendido de cómo una persona reaccionó con tal diplomacia a un conflicto que los dejó a ustedes pensando en cómo lo hizo? ¡Eso es de admirar!
Y, entonces, ¿por qué no comunicarlo? ¿Por qué no hacérselo saber? ¿Por qué no preguntarle cómo fue que lo aprendió? Allá afuera, en el mundo de los negocios, todos los días, todos, hay cosas, situaciones y experiencias nuevas de las cuáles aprender; o de quiénes aprender. Y por ello quiero hacer las siguientes observaciones en pro de alentarnos, levantarnos e inspirarnos unos a otros.
Si admiras algo de alguien, exprésalo.
¿Alguna vez has admirado algo de alguien y te lo guardaste para ti mismo? Esta es una actitud recurrente en la mayoría de las personas. Me hace pensar en que quizás es miedo de abrirnos, por pena o porque no queremos que se malinterprete el cumplido. Y, en realidad, otra gran parte de la población tampoco está acostumbrada a escuchar cosas positivas de sí mismo, pero, ¿y si pudiéramos cambiar esto? Anda, voltéalo, ¿a ti te gustaría recibir retroalimentación positiva y que esto te tomara por sorpresa? Imagínate aplicándolo a tu trabajo, a tu negocio, a tus equipos de trabajo o a tu clientes.
Te platico una experiencia personal para ponerte en contexto. Hace unos días yo estaba teniendo un día bastante duro en cuestión de trabajo, envuelta en entregas y sintiendo que el mundo iba más rápido de lo normal. De pronto, recibí un mensaje de voz de un amigo. En el, él me decía que valoraba mucho el grado de interés y de importancia que le tomaba a las cosas; haciendo referencia a temas laborales. En ese momento mi día cambió porque fue un mensaje genuino, que no esperaba y que me hizo darme cuenta de que todo ese estrés era en realidad dedicación. Y encima de todo, sin darme cuenta, ¡estaba generando un impacto positivo!
Lo que quiero comunicarte en realidad es que sin darnos cuenta, el esfuerzo que le ponemos a nuestro trabajo, las horas invertidas en nuestras empresas y en nuestros proyectos, sí rinden frutos. No es que tengamos que esperar a que alguien más nos lo recuerde o nos lo haga ver, pero, recibir un mensaje así cambió mi día y mi perspectiva completamente. Me hizo aprender de mí.
Reconoce aquellas cualidades que te caracterizan.
Así como no es fácil decirle a alguien que lo admiras, para muchos no es fácil reconocer su propio potencial. O quizás no es que no sea fácil, sino que no se toman el tiempo para pensar, conectar o reconectar con aquellas aptitudes positivas que los caracterizan o diferencian de los demás.
¿Alguna vez escuchaste de las entrevistas de trabajo en donde le piden a los candidatos que escriban 5 cualidades y 5 defectos sobre sí mismos? ¿En qué piensan primero? ¿Y por qué tiene que ser así?
Por suerte hoy no estás aplicando para ninguna entrevista de trabajo. Sin embargo, sí tienes la oportunidad de evaluarte a ti mismo pensando en 2 cualidades que te caracterizan desde que eras pequeño(a) y que hoy día estén marcando una diferencia en tu vida y en tu trabajo.
¿Qué? ¿No se te ocurre ninguna? A mí sí. Imagina que tú eres dueño y jefe dentro de tu propia empresa, haz trabajado arduamente para tu equipo de trabajo confíe, aprenda y quiera crecer junto contigo y tu negocio. ¿Eres consciente de ello? ¿Cómo forjaste ese carácter? Quizás el haber formado parte de un grupo con el cual te ibas de campamento durante años te ayudó a formarte como líder. Impresionante, ¿no?
¿Ya hiciste memoria?
En definitiva, con este artículo lo que quiero dejar en ti es que te mantengas receptivo, porque siempre que admiramos algo de alguien más, inmediatamente estamos aprendiendo algo nuevo y diferente para nosotros mismos. Admirar genuinamente, nos hace querer crecer, nos invita a conocernos y a salirnos de nuestra zona de confort; algo que sin duda es indispensable para avanzar en el mundo del emprendimiento y de los negocios.