Existe una guerra silenciosa de la que poco se habla, es una guerra silenciosa, de ver quien es mejor que el otro, se habla dentro de las empresas, en los Co Works y aquellos espacios abiertos donde por lo regular están los emprendedores. Uno a veces se burla del otro, otros meramente se sienten superiores, pero en realidad es una cuestión de perspectivas, entremos a detalle.
La término emprendedor, del francés entrepreneur, es usado para referirse a “un individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en ello”. Es alguien de negocios que probablemente maneje más de un negocio, toma riesgos, se viste como quiere y administra su tiempo. Algunos cargan con su Mac, Iwatch, Ipad e Iphone; disruptivos y lanzados por naturaleza, cuestionan y preguntan sobre todo, buscan cambiar al mundo desde su computadora.
Ser emprendedor es más un tema de actitud que de estudios ya que no se estudia para ser emprendedor, se nace o te conviertes para serlo, es una comunidad en ascenso que crece unida y se dan soporte entre ellos mismos.
Los Godínez o empleados, es un profesionista más tradicional, busca hacerse un espacio y carrera dentro de una empresa, no necesariamente de gran corporativo pero de cualquier tamaño; enfocados siempre en sus labores administrativas.
Los empleados constantemente planean su siguiente movimiento profesional, ya sea dentro de la misma empresa o fuera de ella, buscan siempre un peldaño nuevo que escalar. La competencia es dura y hacerse un lugar es cada día más difícil, se apoyan más en pequeños grupos internos en comparación de los emprendedores que pudieran ser más grupales.
Dan su tiempo y sacrificio para que siempre salga la tarea a tiempo, por lo regular manejan bien las relaciones dentro de la empresa, aunque el jefe no siempre lo hace sencillo.
Si hay alguien que ponga a prueba el tema de resiliencia son los Godínez y es aquí donde todo se complica ya que llegan a un hartazgo de depender de alguien, las pocas oportunidades dentro de las empresas hacen voltear a los emprendedores y poder llegar a generar una ligera envidia. Ya sea por el horario, la vestimenta o por el mismo hecho de depender de uno mismo, los Godínez buscan de cierta manera esa flexibilidad.
Ni se diga la misma palabra “Godínez ”, se ha convertido en una burla a nivel nacional, caracterizado por ser empleado de empresa o sector público, comer en tu escritorio, ir a la tiendita por tu refresco y salir tarde de la oficina, grita a los cuatro vientos que ser Godínez es llevar una estampa de ser uno más.
Hace unos meses estuve presente dentro de una platica de 5 empleados en una empresa, llegó una de ellas diciendo “Ya van a ser las 6:00, listos para salir como buenos Godínez” las risas que ocasionaron los primeros segundos se fueron apagando rápidamente, la etiqueta incomoda, y si te lo recuerdan aún más.
Por otro lado los emprendedores, buscando siempre una idea innovadora, queriendo crear un impacto positivo, ya sea greñudos, llenos de tatuajes o con un lenguaje distinto, son el futuro de las empresas mexicanas, trayendo proyectos que antes no existían.
Pero no todo es miel, encontrarse un cliente a largo plazo es complicado o toma tiempo, y hacerse un nombre también. Obvio no hay un sueldo fijo, y se dependen de muchos factores para capitalizarse. Ni voltean a ver a la vida de los Godínez cuando se complica, no es para ellos, sería un gran retroceso en su vida profesional, a veces vale más el orgullo que tener el sueldo fijo garantizado.
Dejemos las cosas claras, nunca fue plan de nadie ser un Godínez, tener tanta papelería por llenar, obedecer órdenes de jefes malhumorados y levantarte a las 5:00 para regresar a tu casa a las 8:00. Pero hay un sueldo fijo, que bien administrado puede rendir, y alguna que otra prestación que se valora como el seguro.
Y sobre los emprendedores, sí, se levantan a trabajar cuando ellos lo desean, pero eso de perseguir la chuleta es igual o más complicado que ser un Godín, llegar a cerrar una venta en el mercado de hoy es verdaderamente difícil, cualquiera que sea el mercado. Conozco emprendedores que alguna que otra vez dan una mirada a aquellos corporativos y envidian esa estabilidad de sueldo y prestaciones, aún con la libertad y ventajas de ser emprendedor.
Es una guerra silenciosa porque a final de cuentas los Godínez creen que todos los emprendedores son “cool” y exitosos, cuando a final de cuentas muchos de ellos se las están viendo igual o más negras. La aventura de emprender cuesta, uno cree que está mejor que el otro, siempre el jardín de enfrente se ve más verde que el de uno mismo.
Al final del día los Godínez y los emprendedores van por la misma meta, en un mercado cada vez más complicado, cerrado y competitivo, no queda más que trabajar en conjunto, probar lo que es el emprendimiento, trabajar en una oficina o quedarse donde mejor le sienta personalmente y profesionalmente a uno mismo.