Existen en la actualidad íconos de la innovación, quienes no sólo son innovadores, sino grandes emprendedores, entre los que vienen a mi mente están: Bill Gates, Steve Jobs, Elon Musk, quienes indudablemente conforman el estereotipo del diseñador – emprendedor de éxito. Pero, ¿es posible que este perfil sea un elemento común o una estructura mental difícil de replicar?
Siendo el porcentaje tan bajo de los representantes de este perfil investigador – emprendedor, con respecto a la población, se puede considerar que es prácticamente un garbanzo de a libra. Y ese mismo pensamiento tuve cuando escuche hace unos meses, una iniciativa gubernamental para darle fondos a investigadores de México, para que a partir de dicha estrategia se puedan crear negocios y empresas de base tecnológica, considerando que los investigadores cuenten con desarrollos, patentes o planteamientos que permita un semillero de empresas potenciales. Sin embargo esta iniciativa, ¿no iría en contra de que son contados los innovadores con éxito?, ¿no sería acaso mejor invertir el recurso en otro tipo de programas? ¿Existe entonces una rivalidad entre el perfil del investigador vs el emprendedor?
Es indudable que existen modelos de innovación, herramientas para toma de decisiones y diversos esquemas, pero valoremos esta dualidad desde un punto de vista práctico y lúdico. Identifiquemos a Michael Jordan, considerado el mejor basquetbolista de todos los tiempos, y que no logró obtener campeonatos hasta no conformar un equipo alrededor de él. Un ejemplo más palpable lo tenemos en Lionel Messi, jugador de futbol, en donde en su equipo ha logrado enormes éxitos, sin embargo en su selección no ha podido sobresalir, en este último ejemplo podemos valorar que en su equipo, los jugadores funcionan para permitir que Messi brinde su potencial al máximo, mientras que en su seleccionado, no se integran jugadores para permitirle su mismo desenvolvimiento, lo que crea una disociación de objetivos vs competencias y habilidades. Entonces, en este sentido, deseo invitarles a reflexionar que la dualidad investigador – emprendedor no es únicamente de las competencias y habilidades del individuo que tiene el rol de visionario, sino del equipo que soporta esa visión, existiendo actores, ejecutores, integradores y emprendedores, además de ello, se debe establecer en un marco de estrategia.
Existe en cada historia de estos innovadores – emprendedores una contraparte o estructura de apoyo, quizá no tan brillante o protagónica, pero sí importante. Existiría un Steve Jobs sin un Steve Wozniak (Cofundador de Apple). La intención no es demeritar la visión y la capacidad de estos personajes, sino la de contemplar en los distintos roles que nos toque conformar en un proceso de innovación, la importancia de nuestras actividades, y la ejecución de las mismas, sin celos protagónicos y sí, con una convicción y compromiso por un proyecto, por ello, se vuelve sumamente importante el establecer el sueño con metas y objetivos, plantear un mapa de desarrollo que enmarque el contexto de la innovación y darle su valor a cada uno de los actores, en el marco legal, comercial, social, económico, empresarial, etc.
La invitación de esta aportación está en darnos la oportunidad de reconocer nuestras propias capacidades y competencias, de aceptar los alcances de nuestras habilidades y de identificar el bien común, que permita la ejecución y desarrollo de innovación, su consolidación, maduración y comercialización, que nos permita crear el perfil innovador y emprendedor, quizá no en un solo individuo, sino en algo más sólido, un equipo de trabajo. «Reunirse es un comienzo, permanecer juntos es el progreso y trabajar juntos es el éxito«. Henry Ford.