Un gobierno electrónico es la selección, implementación y uso de tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en el gobierno para la provisión de servicios públicos, el mejoramiento de la efectividad gerencial y la promoción de valores y mecanismos democráticos, así como el desarrollo de un marco regulatorio que facilita iniciativas que usan información de forma intensiva y ayude, en ciertas circunstancias, a fomentar la sociedad del conocimiento. El objetivo del e-gobierno es participar de las oportunidades que ofrecen las TICs integrándolas en sus procedimientos y objetivos con la finalidad de incrementar su eficiencia, eficacia, economía, legitimidad política y democracia.
Dentro de los estudios sobre gobierno electrónico, gobierno digital o gobierno inteligente, encontramos seis elementos clave en la literatura científica:
- Está relacionado con la aplicación de las TIC e implica innovación en las relaciones internas y externas del gobierno con otras agencias gubernamentales, con sus propios empleados, con las empresas y con el ciudadano, particularmente aplicaciones relacionadas con Internet.
- Afecta a la organización y función del gobierno en lo relativo al acceso y provisión de información gubernamental y a la prestación de servicios a sus ciudadanos así como a su participación en procesos políticos.
- Busca optimizar el uso de los recursos para el logro de los objetivos gubernamentales.
- Su implementación implica el paso por una serie de procesos y procedimientos, no necesariamente consecutivos.
- Sugiere que es un medio, no un fin en sí mismo.
- Todas las definiciones de gobierno electrónico aluden al cambio en la forma en que se gestiona la administración pública, nuevos sistemas, eficacia, eficiencia, mejoras en la gestión, etc.
Existen varios paradigmas para medir al gobierno electrónico. Generalmente se basa en el análisis de indicadores principales y sub-indicadores en el sector público y en el gobierno, así como la relación entre los gobiernos y sus grupos de interés.
Los indicadores que más se usan y valoran para comparar un gobierno electrónico con otro son:
- Preparación de la red. Es decir, debemos saber cuánta gente usa Internet, (wireless y wired). Aquí va implícita la infraestructura en telecomunicaciones que tiene el propio país y la oferta de servicios y productos de las empresas, públicas o privadas, al usuario final.
- Optimización de la gestión. Valoramos si existe alguna estrategia nacional TIC o planes de transformación digital para la propia administración del Estado.
- Servicio en línea. Se refiere a funciones transaccionales vía telemática, por ejemplo en el pago de impuestos, servicios o multas, en gestionar trámites en la seguridad social, en la salud, en el registro civil, etc.
- Portal Nacional. Aquí puntúa mucho que sea un portal multicanal y un punto de entrada para los tres niveles de gobierno; también se valora el desarrollo de Ventanilla Única Virtual (VUV).
- Entidad Gubernamental de Información. Es lo que se conoce como el Government – Chief Information Officer (G-CIO) que es el encargado de gestionar la información, el procesamiento de datos, incluso la propia seguridad.
- Promoción de e-Gobierno. En este caso valoramos si existe un Plan o una Agenda Digital que promueva el uso de las tecnologías aplicadas en el gobierno por parte del ciudadano y todos los actores involucrados.
- e-Participación – Inclusión Digital. En este indicador, se toman en cuenta los mecanismos y canales para la opinión de los ciudadanos en el proceso de la toma de decisiones.
- Gobierno Abierto / Datos. Se verifica si existe un portal de datos abiertos a nivel nacional y cómo se están tratando dichos datos por parte de terceros.
- Ciberseguridad. Valoramos las estrategias de ciberseguridad nacional y las entidades responsables de la seguridad cibernética. También la cantidad de incidencias en las infraestructuras críticas, la forma y el tiempo de respuesta para solucionarlas.
- Uso de Tics emergentes. Por último y no menos importante, se toma en cuenta el uso de IoT, Blokchain, Inteligencia Artificial, Big Data, etc., es decir tecnologías emergentes y disruptivas que puedan ser usadas por agencias gubernamentales y proyectos específicos.
El gobierno electrónico proporciona mejores formas de administrar la información en comparación con los medios tradicionales. Nos permite acceder a conjuntos de información complejos de manera relativamente fácil. Puede proporcionar a los usuarios formas de interacción directa con los datos, es decir, consultarlos, actualizarlos y/o enviarlos a otros destinos: en otras palabras, un sitio web puede permitir a los usuarios iniciar y/o completar transacciones de servicios sin recurrir a la intervención humana.
La ausencia de papel, horarios, establecimiento físico y de los propios funcionarios públicos, no sólo ahorra tiempo y dinero, sino que también ayuda a reducir y prevenir fenómenos como la corrupción y el soborno, un problema que experimentan muchos gobiernos: elimina potencialmente a los «intermediarios».
Además, representa una forma relativamente transparente de administrar servicios e información, en comparación con la burocracia tradicional. Tener un sitio web también brinda a los organismos gubernamentales la oportunidad de recopilar sistemáticamente información sobre sus clientes, proveedores, empleados, ciudadanos o usuarios. Es importante crear beneficios sociales para los ciudadanos y tener en cuenta si el tamaño de la brecha digital es lo suficientemente corta como para poder llegar a todos los lugares y a todas las personas.