Soy experta en entrenar a las personas, las familias y los autónomos a tener una buena relación con el dinero y lograr unas finanzas saludables.
Empecé muy joven, con 19 años, a trabajar en una Entidad Financiera, un mundo clásicamente dominado por hombres, con una mentalidad hacia el dinero muy diferente al de las mujeres.
Entramos por oposición varias compañeras y ese hecho tuvo valor entonces, porque ya desde hace años las mujeres tenemos presencia tanto en las entidades financieras como en organismos e instituciones públicos y privados.
¿Cómo nos sentíamos? Por una parte, había una gran curiosidad por esa invasión silenciosa de mujeres en el ámbito financiero. Por otra parte, ¡Sentíamos rechazo porque algunos de nuestros compañeros mostraron abiertamente su disconformidad a que se hubiera dado la oportunidad a mujeres que “debían estar en sus casas” y “dejar los puestos de trabajo para los hombres” como siempre se había hecho!
Pero la revolución laboral ya hacía tiempo que se había iniciado en el mundo, especialmente en los países más avanzados. Las mujeres, definitivamente, nos habíamos preparado y formado en escuelas y universidades para ocupar un espacio en el panorama social y de trabajo. Así que mis compañeras y yo nos fuimos haciendo notar por ser trabajadoras, serias, cumplidoras, eficaces. Además, nos mostramos discretas, en un segundo plano, lejos de las ambiciones de ascender que mostraban los compañeros varones.
Desde aquel tiempo mi carrera profesional en Banca y Cajas de ahorros se ha ido desarrollando hasta ocupar puestos directivos y conocer ampliamente todo el complejo mundo financiero.
¿Qué es lo que más valoro de esta etapa? He tenido la oportunidad de conocer a miles de personas y descubrir sus patrones de cómo se relacionan con el dinero y las finanzas. A lo largo de mi experiencia personal y profesional he comprendido cuales son las dificultades emocionales que impiden a las personas acceder a una mentalidad de riqueza. Ahora comparto con las personas mis conocimientos de forma práctica.
¿Qué dificultades tienen las mujeres, aun hoy día?
Las mujeres tienen dificultades en dominar las finanzas. Los “patrones” o roles de hombre y mujer antaño estaban muy definidos. La aportación de ingresos al hogar, históricamente, ha correspondido al hombre. La mujer se encargaba de la crianza y del cuidado de la casa.
Comprender los extractos bancarios, los contratos de las tarjetas, préstamos, productos financieros y toda la extensa terminología bancaria, ha sido difícil para la mujer.
¿Cómo ha influenciado esa falta de educación financiera en la mujer?
Si la mujer ha decidido montar un negocio, le ha resultado complejo desarrollar un plan de Empresa que contemple los pilares esenciales para su viabilidad: Producto, Comercialización, Marketing, Financiación, Canales de Venta.
Clave N.º 1. Las mujeres necesitan reforzar sus conocimientos en el área de las finanzas, conocer la terminología financiera y bancaria, saber preparar un plan de negocio y prever su viabilidad.
Los beneficios son importantes: Se sentirán más seguras, se podrán centrar en la especialidad que tienen. Las finanzas dejaran de ser un problema sino un recurso a manejar.
A las mujeres les cuesta ejercer su liderazgo.
Ay, ¡tantos años ocupando un segundo lugar en la sociedad deja huella en la mujer!
La mujer ha ido ocupando puestos en la sociedad y ejerciendo responsabilidades, si bien a costa de enorme esfuerzo personal para cumplir lo mejor en el trabajo, en la casa, con la familia y los hijos. La conciliación de la vida personal y profesional es un tema pendiente en nuestro país.
Tantos frentes abiertos, unido a la falta de apoyo por parte de los Gobiernos, ha hecho que la mujer opte en muchos casos por ocupar puestos de trabajo más discretos, por ocuparse de negocios familiares, intentando mantener el difícil equilibrio de ejercer un liderazgo empresarial con el papel de esposas, madres e hijas.
Clave N.º 2. Las mujeres debemos promover políticas de conciliación de la vida personal y profesional que nos permitan tener una cobertura económica, social y educativa imprescindibles en los años de crianza y educación de los hijos.
De esa forma, cuando la mujer no tenga sobre sí misma la mayor parte de responsabilidad en la crianza y cuidado del hogar, podremos concentrarnos también en el desarrollo profesional, ejerciendo el liderazgo que nos es propio.
“A estas alturas, a pesar de que el 60 % de los licenciados son mujeres y tienen los mejores expedientes, todavía no hay correspondencia efectiva entre esa preparación y su presencia en los cargos directivos.
“Las mujeres representan un gran potencial de talento para las empresas, que ya se pone de manifiesto en sus excelentes expedientes académicos y en sus resultados en oposiciones y primeros años de carrera profesional, que no se puede desperdiciar. Sería muy efectivo promover desde la sociedad civil, más que desde instancias públicas, una plataforma que contara con amplios apoyos que tuviese como objetivo el impulso a la utilización del talento femenino en la actividad empresarial y productiva”.
Inquietante: “esa presencia no es estable y retrocede significativamente con cualquier viento de crisis.”
Fuente: http://www.pwc.es/ La mujer directiva en España
En mi opinión las mujeres, por nuestros valores, ejercemos un beneficio importante en la sociedad productiva. Liderazgo, desarrollo profesional y buena relación con el dinero están relacionados. Nos queda mucho por hacer. Vamos avanzando cada una desde nuestro puesto de trabajo, desde nuestra empresa.